En el transcurso de la inspección, la Guardia Civil localizó en el interior del establecimiento y del almacén 60 envases de distintos tamaños que contenían 40 litros de vino y 20 de aguardiente y licores, todo de ello de elaboración artesanal.
Todos los recipientes, que aparentemente estaban dispuestos para la distribución y venta a los clientes, carecían de las preceptivas etiquetas y marcas fiscales que pudiesen determinar su trazabilidad, según dispone la legislación vigente.
En consecuencia, se procedió a la incautación cautelar de todos ellos y, al mismo tiempo, se denunció al responsable del establecimiento por sendas infracciones administrativas: una por carecer de los precintos fiscales y otra por cuestiones sanitarias sobre la que tendrá que pronunciarse la Delegación Provincial de Sanidade de la Xunta de Galicia.
En este último caso, la denuncia tiene su origen en el riesgo que la venta del alcohol podría suponer para la salud pública, dado que al carecer de etiquetas comerciales se pierde la trazabilidad del producto y no se puede conocer la empresa responsable de su elaboración y distribución.