A pesar de la aparatosidad del siniestro, ningún ocupante resultó herido y sólo hubo que lamentar los daños en el vehículo -un Ferrari 488 GTB-, que previsiblemente serán costosos.
Fuentes policiales han confirmado que la persona que iba al volante no había bebido, por lo que el alcohol ha quedado descartado como causa del accidente.
La Policía Local se encargó de regular el tráfico mientras no se retiraba el automóvil, que quedó en muy mal estado.