Natalia Rodríguez, Tali, la joven de 22 años que dedica su vida a rescatar a todo tipo de animales en la isla privada de A Ramallosa que se ha convertido en el refugio todo tipo de especies, ha amanecido lanzando un mensaje desesperado a la ciudadanía: el más dócil de sus perros, Mel, un animal de 7 años que encontró su segunda vida en la Isla después del fallecimiento de su dueño, ha aparecido asesinado con graves signos de violencia.
La autopsia ha revelado que alguien, presumiblemente dos personas, entraron en el recinto en la madrugada del lunes 19 entre las 03:00 y las 07:00 horas y, después de ensañarse con el animal dándole una paliza que lo dejó moribundo, «destrozado por dentro» y con seis costillas rotas. A continuación, procedieron a clavarle un destornillador en el corazón.
Premeditación y ensañamiento según la autopsia
«Lo encontré muerto el miércoles por la mañana, había fallecido un par de horas antes», relata Tali, responsable de la isla, profundamente afectada. En cuanto lo halló procedió a llamar a su veterinaria de confianza, quien le aconsejó enviarlo inmediatamente a un laboratorio de Lugo que se dedica únicamente a realizar autopsias de animales. «Lo envié totalmente convencida de que se trataba de una muerte natural debida a los truenos y el temporal de estos últimos dias porque no había visto ninguna herida».
El proceso de la autopsia duró hasta este jueves 22 por la tarde, el momento en el que Tali recibió la brutal noticia. La joven responsable del refugio confiesa haberse quedado «en estado de shock» hasta el punto de refutar a los especialistas los resultados de la autopsia. Los resultados, insistieron desde el laboratorio, eran muy claros. Y añadieron que presumiblemente fueran dos personas quienes entraron en esa isla privada y, mientras uno de ellos agarraba al perro, el otro se ensañaba con él.
«Fueron a por él»
El primer objetivo que a Natalia Rodríguez se le ocurrió es que los agresores entraran a la isla para robar, pero no encontró ningún destrozo y no faltaba absolutamente nada, por lo que el único móvil era matar a un animal. Tali entiende que la víctima fue Mel porque, al tratase del perro más sociable pudo salir al encuentro de sus asesinos: «Fueron a por él».
Natalia Rodríguez indica que si hubiesen querido agredir a cualquier otro animal, como a uno de sus cerdos, podría haberlo hecho sin dificultad porque: «Estando dormidos no se habrían enterado, pero supongo que pensarían que me dolería más la muerte de un perro a la de un cerdo». Aunque, matiza, no hay una explicación clara.
Natalia Rodríguez procedió a poner una denuncia en la comisaría de policía y en el cuartel de la Guardia Civil, pero insiste en dar difusión al asesinato para que todos los ciudadanos que pudieran ver cualquiera prueba sospechosa se pongan inmediatamente en contacto con ella.
El SOS desesperado de Tali a los ciudadanos
La isla se encuentra entre varios ayuntamientos desde los que pudieron acceder los sospechosos: desde el mismo puente romano de A Ramallosa, desde Baiona o desde Gondomar.
Las dos personas que consiguieron llegar hasta la isla para cometer la tropelía de madrugada no lo tuvieron fácil, la marea estaba alta y tuvieron que mojarse en pleno temporal hasta la cintura para cruzar el río.
Natalia Rodríguez pide a la ciudadanía de la zona cualquier tipo de información: desde que hubieran visto una furgoneta aparcada en las inmediaciones, hasta que hubieran visto a alguien en medio del río, o posteriormente deambular con la ropa mojada, o incluso mirando el río o sacando fotos aunque no fuese ese mismo día. «Agradecemos cualquier información, porque aunque a nosotros nos pueda parecer irrelevante, para la Policía puede resultar esclarecedora».
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