La brutal paliza sufrida en verano de 2020 por un joven en Nigrán llega esta semana a juicio, con un único acusado que se sentará en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, y que se enfrenta a ocho años de cárcel y al pago de indemnizaciones por más de 130.000 euros.
La vista está fijada para los días 9, 10 y 16 de mayo, y la Fiscalía acusa por estos hechos a un joven (aunque la Guardia Civil detuvo inicialmente a dos personas), al que atribuye esta agresión, que ocurrió en la madrugada del 16 de agosto de 2020.
Según el escrito del ministerio público, la víctima asistió esa noche a una fiesta en el Pazo de Urzaiz, en Nigrán, y allí tuvo un altercado con un grupo personas, trabajadores de una cafetería de esta localidad.
Dicho altercado acabó en una pelea, y cuando la víctima abandonó el Pazo, un grupo de personas con quienes había reñido lo siguieron, entre ellas el acusado, que le gritaba «para ahí hijo de puta, te vamos a matar». A pesar de que el joven emprendió la huida el acusado y otra persona que no fue identificada lograron darle alcance y el acusado le propinó un puñetazo que lo tiró al suelo.
Una vez que se había caído, el procesado comenzó a darle puñetazos y patadas en la cara y la cabeza, hasta que el chico perdió el conocimiento. Aún así, continuó la agresión hasta que se presentaron varios vigilantes de seguridad del Pazo y varios amigos de la víctima, que llamaron a la Policía y a una ambulancia.
Graves secuelas
Como consecuencia de la paliza, el chico sufrió múltiples fracturas y hematomas por toda la cara, precisó de varias intervenciones quirúrgicas y reconstrucciones. Asimismo, sufrió un trastorno de estrés postraumático grave, con conductas de evitación y aislamiento social, y continúa en tratamiento psiquiátrico.
Además de sus problemas de salud mental, también tiene secuelas físicas: varias cicatrices, afectación maxilar y pérdida de parte de la visión de un ojo, y otros perjuicios.
Indemnizaciones
Por estos hechos, la Fiscalía acusa al procesado de un delito agravado de lesiones, y pide que sea condenado a 8 años de cárcel, y que no pueda comunicarse ni acercarse a menos de 200 metros de la víctima durante 10 años.
En concepto de responsabilidad civil, reclama que indemnice al perjudicado en 105.000 euros por las secuelas, en 17.099,21 euros por las lesiones, y en 1.700 euros por las intervenciones quirúrgicas a las que tuvo que ser sometido. A mayores, deberá indemnizarle por otros gastos médicos y farmacéuticos.
La Fiscalía pide también que el acusado indemnice al Sergas por la atención sanitaria prestada a la víctima, en más de 8.300 euros.
Campaña para pedir justicia
La familia de la víctima, emprendió, un año después de esta brutal agresión, una campaña para reclamar «justicia» y su madre denunciaba entonces que su hijo vivía aislado y con miedo, mientras seguía recuperándose de las heridas físicas y emocionales.
Así, a mediados de agosto de 2021 la plaza del Ayuntamiento de Nigrán acogió una concentración de cientos de vecinos que quisieron expresar su apoyo al chico y a su familia, y pedir justicia.
Allí su madre leyó una carta que el joven había publicado en redes sociales, y en la que lamentaba que había pasado ese año en su habitación, que solo veía «oscuridad», mientras los «salvajes» que le habían «intentado matar» seguían «disfrutando de su vida». El chico quiso hacer pública su situación tras la noticia de la muerte del joven Samuel Luiz Muñiz, también víctima de una paliza en A Coruña, en julio de 2021.