El chiringuito situado junto al aparcamiento de Praia América inauguró su actividad veraniega este jueves con una fiesta. Pero lo que iba a ser una noche de celebraciones terminó de forma aciaga. Los dueños del quiosco de playa cerraron su negocio en torno a las 01.30 horas y solo dos horas después recibieron una llamada que traía una mala noticia: el establecimiento estaba ardiendo.
El GES del Val Miñor y los bomberos de O Porriño trabajaban ya en la zona para sofocar el fuego después de que les avisara el 112, servicio al que alertó a su vez un particular al ver el chiringuito en llamas. Tras comprobar que no había nadie dentro, los efectivos lograron apagar el incendio con cierta rapidez, lo que evitó que la desgracia fuera todavía mayor.
Tras dos horas de intervención, el suceso se saldó con parte del exterior quemado, la puerta rota, un ventanal estallado, mobiliario deteriorado y una tubería de agua con fugas. El interior también se vio afectado, aunque en menor medida. El local estaba lleno de mercancía, ya que el jueves fue el primer día de actividad de este quiosco de playa concesionado para la presente temporada, y por ello fue necesario tapiar la caseta.
También es el primer año para los socios que lo explotarán este verano, que han pagado 34.500 euros al Concello de Nigrán por su gestión. Es el establecimiento más caro del lote de los ocho que salieron a concurso. A eso hay que añadir el alquiler de la caseta de madera. De ahí que estuvieran desolados al comprobar lo ocurrido.
Tanto ellos como los bomberos sospechan que el incendio ha sido provocado, pero eso lo tendrá que determinar la investigación que ya ha iniciado la Guardia Civil tras presentarse una denuncia por estos hechos. Cabe reseñar que el fuego se originó en el exterior, donde no hay instalación eléctrica. Allí se hallaban apilados unos palés. Una parte de ellos ardió y otra se usó para tapiar el chiringuito.
“Hemos invertido mucho dinero”, relataba tras el siniestro uno de los socios al diario digital Telemariñas, que cubre de primera mano la actualidad del Val Miñor. “Esto puede ser mi ruina”, confesaba.