«As traballadoras están esgotadas, estenuadas, baixo mínimos, sen que as empresas cubran as ausencias por vacacións ou as baixas médicas, e cuns elementos de protección irrisorios, comezando polas máscaras coas que traballamos todolos días, que non se cambian cada catro horas como marcan os protocolos de hixiene e seguridade». Así definieron este sábado las trabajadoras de las residencias la situación que se vive actualmente en los centros de mayores de Galicia.
La cita era a las doce del mediodía en la calle del Príncipe y allí se concentraron decenas de trabajadoras y familiares en una movilización enmarcada en una serie de acciones de homenaje y reivindicativas en toda España por primera vez en la historia de este movimiento civil de reciente formación, ya que los colectivos más veteranos, las asociaciones gallegas y catalanas, tan solo tienen tres años de vida.
La manifestación de Vigo dio varias vueltas a la calle del Príncipe, desde La Farola hasta la Porta do Sol, para acabar en una concentración delante del Museo Marco, donde se formó un crespón con candelas, se guardó un minuto de silencio en memoria de las 318 personas mayores ingresadas en las residencias gallegas que perdieron la vida desde el pasado mes de marzo por el Covid-19.
Cuatro positivos más en Santa Marta
Este mismo sábado se conocían la existencia de otros 4 casos positivos en la residencia viguesa de Santa Marta, donde el día anterior ya se habían notificado un total de nueve contagios, por lo que el total asciende a 13. Además, hay dos positivos más entre los trabajadores de la residencia de mayores de Moledo.
La Xunta cifra el número de fallecidos en 318, pero Paulino Campos, presidente de la Federación Galega de Usuarios e Familiares de Residencias (REDE), indica que hay 200 fallecidos más en el listado del Instituto Nacional de Estadística «que no aparecen cuantificados en alguna lista de la administración gallega».
Durante la manifestación, las familias de las víctimas criticaron, por boca de Xosé Bernárdez, secretario de RED y fundados de la asociación Vejez Digna, «a falla de transparencia da Xunta e a pouca dispoñibilidade que mostra para analizar públicamente o que aconteceu e acontece dentro das residencias, mesmo para rexeitar a creación dunha comisión de investigación en sede parlamentaria».
La hija de una de las víctimas, Guadalupe Martínez Sanjuán, se dirigió a los concentrados en Vigo para que transmitan a la sociedad que no se olvide la «matanza» como enseñanza de lo que no debe ser y que las explicaciones de las administraciones y de las empresas gestoras son obligadas, «non ao silencio e a burla». Martínez, que presentó una querella criminal en los juzgados, junto a su hermano, contra DomusVi y altos cargos de la administración gallega por homicidio, pidió también la busca de otro modelo de residencias y de la dependencia que «non estea en mans de empresas desalmadas».
En este sentido, Xosé Bernárdez destacó que el camino futuro de las residencias tiene que venir «polo respecto inmediato ós dereitos humáns dos maiores e ós dereitos laborais das traballadoras, sistemáticamente vulnerados nos últimos anos».
Precisamente, la representante del colectivo de trabajadoras Trega (Trabajadoras de Residencias de Galicia), Isabel Barreiro, corroboró lo que los familiares y usuarias ya habían denunciado semanas atrás. «As residencias están en peores condicións para afrontar a segunda onda da pandemia que o estaban no mes de marzo, as traballadoras están esgotadas, estenuadas, baixo mínimos, sen que as empresas cubran as ausencias por vacacións ou as baixas médicas, e cuns elementos de protección irrisorios, comezando polas máscaras coas que traballamos todolos días, que non se cambian cada catro horas como marcan os protocolos de hixiene e seguridade», señaló.
En Galicia, desde marzo hasta la primera semana de septiembre, en las residencias de DomusVi habían fallecido el 42,30% de las personas mayores ingresadas nos geriátricos, cuando DomusVi en Galicia gestiona el 20,65% de las plazas residencias (4.192 de 20.296).