El Sindicato de Enfermería SATSE ha hecho suyas las denuncias del personal sanitario sobre la situación que se está viviendo actualmente en la residencia de mayores del Meixoeiro conocida como CRAPD II. Los profesionales de este Complejo Residencial de Atención a Personas Dependientes, que acumula decenas de contagiados y cinco muertos a lo largo de la pandemia, achacan estos casos, de los cuales 17 permanecen activos, a un cambio en los protocolos que aplica la Consellería de Política Social como “consecuencia de las presiones de los familiares de la residencia CRAPD I”.
Según relata SATSE, en un principio se habilitó una zona para aislar a residentes positivos en el CRAPD I. Pero eso provocaba que la residencia cerrase sus puertas a las visitas de los familiares, siguiendo el protocolo establecido. Entonces, las “presiones” hicieron que Política Social cambiase el protocolo y habilitase un centro privado, exclusivo para derivar a los infectados de todas las residencias, dejando vacía el área habilitada en la CRAPD I hasta el día de hoy.
Ahora que ese centro designado por la Xunta para acoger sólo a estos positivos está “saturado”, el CRAPD II se ve “obligado”, mientras no hay camas disponibles, a improvisar una zona que “no cumple con los requisitos de un área de aislamientos, a pesar de que hay una vacía en la residencia CRAPD I”. “Entre los principales problemas está la falta de un circuito sucio-limpio en ese área”, explica el personal sanitario del centro, que añade que la ‘zona covid’ carece de ventilación y de oxigenoterapia, además de estar alejados de la sala de enfermería.
Otra carencia que denuncian como posible foco de contagio es que los baños se comparten entre todos los residentes, ya sean positivos o negativos. La plantilla también advierte de que los carros de medicación tienen que pasar por esa ‘zona covid’ como mínimo dos veces al día sin una desinfección. En el mismo sentido, critican que para acceder a la farmacia, donde está toda la medicación, tienen que hacerlo por fuera de la residencia, a la intemperie, con frio y lluvia, tareas que se realiza innumerables veces a lo largo de un mismo turno.
Las enfermeras han mostrado su preocupación ante la falta de medidas de protección, que podrían estar potenciando focos de infección entre los profesionales y los residentes. Como ejemplo, advierten que el control de enfermería “solamente está separado por unas mamparas sin ningún tipo de fijación, son móviles y apenas cubren más que un metro y medio de altura”.
Además de la falta de medios y herramientas, las enfermeras reclaman una vez más formación específica, al igual que se hizo en otros centros sanitarios, para poder llevar a cabo técnicas nuevas para ellos como las PCR, test de antígenos o incluso el tratamiento de los EPIS. Igualmente, alertan de que el personal no sanitario también carece de la formación específica para el tratamiento de los equipos de protección o sobre cómo debe realizarse la limpieza de las zonas Covid-19. “Muchas son sustitutas que acaban de incorporarse y a las que no se ha explicado el protocolo o no se les ha dado la formación específica para la Covid-19”, denuncian.
El personal sanitario del CRAPD II también avisa de que esta residencia sufre un agravio comparativo desde hace muchos años con respecto al CRAPD I, ya que “los residentes no tienen la misma calidad asistencial” porque no se repusieron los servicios de fisioterapia y psicología en el centro.