Llamada del conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, al alcalde de Vigo, Abel Caballero. El contacto telefónico se produjo en las últimas horas, según ha revelado este lunes el regidor olívico, para pedir que la Policía Local intensifique la “vigilancia” del cumplimiento de la normativa ‘anticovid’ en la ciudad. La situación que atraviesan los hospitales vigueses preocupa a las autoridades sanitarias y, por ello, se ha solicitado la colaboración del Concello.
Comesaña ya avisó la semana pasada del complejo escenario que viven las áreas sanitarias de Vigo y Ourense. Una alerta que reiteró este lunes desde Madrid, donde participó en el Foro Salud de Nueva Economía Fórum. En el distrito olívico, se acaban de sobrepasar los cien ingresados (110, concretamente) por primera vez en diez meses. Además, hay 3.385 pacientes activos y la incidencia acumulada en 14 días asciende a 679 casos nuevos por 100.000 habitantes. En la ciudad de Vigo, este parámetro se queda en 623 casos nuevos por 100.000 habitantes (la media gallega es de 383).
Caballero trasladó al conselleiro que la Policía Local ya está realizando una vigilancia “permanente” y “con intensidad”. Además, transmitió a Comesaña que, en su opinión, la normativa se cumple “taxativamente” en las calles y de forma “prácticamente total” en la hostelería. El alcalde reconoció que hay “dos o tres” establecimientos que suelen saltarse los protocolos pero aseguró que están “localizados” y “serán sancionados”. Igualmente, admitió que se está detectando “algún botellón ilegal a las tres de la mañana”, contra los que también se actúa.
El regidor vigués se reafirmó en las declaraciones que efectuó la semana pasada al sostener que “todo el mundo” usa mascarilla en la calle y en la hostelería. Asimismo, volvió a señalar que se mantiene siempre la distancia de seguridad. “Yo me moví por la hostelería y la calle este fin de semana y observé un estricto cumplimiento”, apuntó.
Caballero sí hizo referencia a una infracción en la calle, a su juicio la única: la celebración de una manifestación negacionista “improvisada y no anunciada”. “Eso sí es malo”, lamentó.