Los responsables enviados por el Sergas a la Residencia Geriátrica Salvaterra, que suma ya doce ancianos muertos por Covid-19 entre fallecidos en hospitales y en el propio centro, aseguran que la atención a los usuarios está siendo buena actualmente y han querido enviar un mensaje de tranquilidad a las familias.
Aunque 64 internos y 27 trabajadores permanecen contagiados con el coronavirus, los encargados de reconducir la situación han salido al paso de la polémica suscitada esta semana al difundirse unas imágenes en las que se percibía el pésimo estado de las instalaciones. En declaraciones a la Televisión de Galicia, José Manuel Pazos, uno de los responsables del Sergas en la residencia, ha garantizado la limpieza del centro. “¿Limpio? Está perfecto. Otra cosa es que sea viejo. Yo soy viejo pero estoy limpio. Entendámonos”, apuntó.
“Que las familias estén tranquilas, que sus familiares están muy bien cuidados. Lógicamente están padeciendo una enfermedad muy complicada, pero se está poniendo todos los medios, tanto materiales como humanos para hacerlo lo mejor posible, y ahora lo que necesitamos también es un poco de suerte”, añadió.
Pazos ha admitido igualmente que la residencia, actual foco de la pandemia en los centros de mayores del área metropolitana de Vigo, atravesó dificultades pero defendió el trabajo de todo el personal. “Al principio de la intervención nos costó mucho cambiar el mecanismo de la gente, porque pasamos de ser una residencia a ser casi un hospital”, señaló.
El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, fue preguntado por este asunto tras la reunión del Consello de la Xunta y reveló que se ha enviado a la residencia un equipo de 30 personas que está reconduciendo la situación e “investigando” las denuncias de la asociación Trega. El mandatario autonómico incluso anunció que se está buscando, paciente por paciente y por ahora sin éxito, si efectivamente alguno de los residentes presenta úlceras en las paredes interiores glúteos tal y como mostraba una de las fotografías.