La última semana ha sido especialmente dura para Galicia. Aunque el nivel de los contagios se ha contenido progresivamente y se ha alcanzado ya el pico de casos nuevos y pacientes activos, las muertes de personas infectadas con la Covid-19 han marcado nuevos récords. Por eso se antoja vital inmunizar lo antes posible a la población de mayor riesgo no sólo dentro de las residencias de ancianos. Ese horizonte, que permitiría además relajar algunas medidas de protección, lo ha fijado la Xunta de Galicia para principios de mayo.
Según ha revelado este jueves el presidente, Alberto Núñez Feijóo, a principios de mayo se habrá completado la vacunación de las personas mayores de 80 años, las más vulnerables al coronavirus. Este público objetivo forma parte del segundo grupo de población diana a inmunizar, por lo que a esas alturas del año también estarían protegidos todos los sanitarios, los usuarios y trabajadores de centros de día, del Servizo de Axuda no Fogar (SAF) y de las residencias de ancianos.
Feijóo ha asegurado que este es el “escenario más pesimista” porque la Consellería de Sanidade ha elaborado un “calendario de mínimos” poniéndose en la tesitura de que el reparto de vacunas no avance. Sin embargo, tal y como recordó, está previsto que poco a poco lleguen más dosis de otros laboratorios que se sumen a Pfizer, Moderna y AstraZeneca.
El presidente gallego ha detallado que los internos y empleados de residencias de mayores quedarán vacunados, como muy tarde, el próximo martes 9 de febrero. De esta manera, se habrá llegado al 95% de los centros. El resto no han recibido la vacuna por no haber superado aún los brotes sufridos. A continuación, como ya se explicó en anteriores ocasiones, se terminará de inmunizar al personal sanitario situado en primera línea, posteriormente al resto de profesionales de la salud y luego se empezaría con los centros de día, el SAF y los mayores de 80 años. Una vez que se cumpla este objetivo, aunque quedaría por prevenir los contagios en la franja de edad que va desde los 65 a los 80 años, se conseguiría reducir en gran medida la mortalidad.