La hostelería de Vigo ha vuelto a dejar patente su malestar por las medidas que, desde la semana pasada, está tomando la Xunta de Galicia para atajar la curva de contagios de Covid-19. Por si las restricciones del pasado 30 de octubre no fueran suficientes, el cierre que entrará en vigor este sábado ha supuesto “la gota que colma el vaso”, así que empresarios y empleados del sector se han manifestado este viernes por la mañana por la ciudad.
Ante el actual contexto sanitario han organizado una caravana de vehículos que partió a las 11.00 horas desde el museo Vebum de Samil y pasó por multitud de calles, atravesando Alcabre, Coia, la Gran Vía, la Praza do Rei, Pi y Margall, Torrecedeira, Beiramar y un largo número de zonas del centro de Vigo (Carral, Marqués de Valladares, Rosalía de Castro, García Barbón, Areal, Colón, Urzaiz…)
Haciendo sonar motores, bocinas y cacerolas han querido llamar la atención de la ciudadanía, que cada vez se muestra más comprensiva con sus reivindicaciones. En torno a 600 vehículos, según la Policía Local, secundaron la iniciativa, que se desarrolló bajo el lema “Salvemos la hostelería”. Entre sus demandas se encuentran la extensión de los ERTEs, la aprobación de ayudas directas, la exoneración de tributos y un decidido apoyo institucional.
Así lo dejaron claro en el manifiesto que se leyó al término de la marcha. En el aparcamiento de O Castro se reclamó la adopción de medidas de contención de la pandemia que “prioricen la salud de las personas” y “contemplen medidas que permitan seguir con la actividad del sector turístico, así como ayudas e incentivos económicos para mantener la viabilidad de las explotaciones”.
Ya antes, en la salida desde Samil, el presidente de la Federación Provincial de Hostelería de Pontevedra (Feprohos), César Ballesteros, había declarado que el sector necesita “un plan de rescate integral de ayudas directas” que se alarguen “durante años”.
Es la cuarta protesta que organiza el sector en sólo una semana. El viernes pasado recorrieron el Casco Vello, el lunes se personaron ante la sede de la Xunta de Galicia en Vigo y el martes trasladaron sus quejas al Concello. En esos actos pidieron ejercer su actividad con la aplicación de las máximas garantías sanitarias y defendieron que los contagios no se están produciendo en los bares, restaurantes o cafeterías sino en las reuniones particulares.
El propio presidente autonómico, Alberto Núñez Feijóo, reconoció que la hostelería no es el problema sino una “víctima” más de la pandemia pero aun así mantuvo su decisión de cerrar estos establecimientos. Este jueves anunció una línea de ayudas para autónomos del sector que oscilará entre los 2.200 y los 7.000 euros dependiendo del caso.
Ayudas municipales
A pesar de que en los últimos días se había resistido a implantar nuevas medidas de apoyo, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, anunció este viernes que próximamente dará a conocer “decisiones” para “atender” las demandas del sector.
Al mismo tiempo, calificó de “bochornosamente bajo” el importe destinado por la Xunta de Galicia a paliar los efectos del cierre decretado, cuyo impacto será “inmenso”. “Es una vergüenza y un escándalo”, declaró Caballero.