Los espacios abiertos y poco congestionados se han convertido en elementos muy demandados tras el confinamiento. Muestra de ello es el aumento de población que los municipios del rural están viviendo estos meses. En el caso de Soutomaior, un municipio que ya destaca por ser de los pocos de Galicia con un crecimiento vegetativo positivo, la crisis sanitaria ha disparado el padrón hasta su máximo histórico: 7.599 habitantes.
Desde el pasado junio, 263 personas se inscribieron en el registro municipal buscando la tranquilidad y salubridad del rural ante la pandemia. La correlación directa con la situación epidemiológica se ve de forma clara en el desglose por meses. Junio, tras el fin del confinamiento, fue el de mayor crecimiento con 69 nuevos empadronados. En julio, agosto y septiembre la cifra se situó en 50, 51 y 43 respectivamente. El pasado mes de octubre fueron 27 los nuevos vecinos, cuatro menos que los registrados en los 10 primeros días de noviembre, coincidiendo con el incremento de casos y el cierre perimetral de los grandes núcleos urbanos
La llegada de nuevos vecinos al municipio, en buena parte familias jóvenes, también se ve reflejada en el incremento de la natalidad. En este sentido, durante los últimos cinco meses se han inscrito 25 nuevos nacimientos. Una cifra que contribuirá de forma notable al relevo generacional en el municipio y ayudará a evitar uno de los grandes problemas de la población en Galicia, el envejecimiento.
El alcalde de Soutomaior, Agustín Reguera, explicó que este aumento responde a varios factores. “Hay casos en los que los nuevos registros son vecinos que ya vivían aquí y que necesitan demostrarlo para evitar problemas ante las restricciones de movilidad. Pero en su gran mayoría son personas que abandonan las ciudades buscando un entorno más sano y seguro”, apunta.
Del mismo modo, el regidor se mostró convencido de que este aumento no será temporal y que la gran mayoría de estos nuevos vecinos fijarán su residencia en el municipio. “Puede ser que algunos hayan decidido empadronarse en previsión de un nuevo confinamiento. Sea como sea, estoy seguro que una vez comprueben los beneficios que tiene vivir en Soutomaior se quedarán. La seguridad y tranquilidad que proporciona el rural no desaparecerá cuando acabe la pandemia”.
Esta situación se ha dado también en otros municipios cercanos a Vigo como Baiona. La villa real ha sumado 91 nuevos empadronamientos en el último mes. Se trata principalmente de personas que, teniendo una segunda residencia allí, prefieren evitar la ciudad. El mapa que cada día publica el Sergas refleja, de hecho, una tasa de incidencia acumulada por 100.000 habitantes mucho menor.
De esta manera, la gente puede descansar en el rural el fin de semana y, al mismo tiempo, entrar en Vigo por motivos laborales, una de las causas justificadas contempladas en la norma. Además, en Baiona pueden disfrutar de servicios como la hostelería y sufrir menos restricciones. Por no hablar de la posibilidad de que les sorprenda un confinamiento domiciliario, situación en la cual disfrutarían de una vivienda más espaciosa.