La retirada de las mascarillas en exteriores se hará en situaciones «concretas» y siempre se podrá volver a imponer si así lo requiriera la situación epidemiológica, aunque las condiciones las concretarán el Ministerio de Sanidad y las comunidades en su reunión de este miércoles.
No obstante, algunas comunidades se han quejado de que su retirada, que tachan de precipitada, vaya a establecerse mediante un real decreto que aprobará el próximo jueves el Consejo de Ministros sin que se viera en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud la semana pasada.
Es el caso de Andalucía, cuyo consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, ha señalado que esta desescalada «puede dar una falsa sensación de seguridad» y ha criticado que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, haya anunciado esta medida «sin consultar a las comunidades». De hecho, Aguirre ha dicho que el comité de expertos de Salud de Andalucía recomendó a la Junta «no relajar la medida» todavía.
En su habitual rueda de prensa de los lunes, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ha respondido que comprende la situación de Andalucía, única comunidad con una incidencia acumulada superior a los 150 casos por cada cien mil habitantes.
Feijóo: «Todo está sin armar»
Pero ha destacado que la propuesta en la que han venido trabajando los técnicos -tanto del Ministerio como de las comunidades- de la Ponencia de Alertas y Planes de Preparación y Respuesta, además de otros departamentos como el de Defensa o Interior, fue «muy comedida» y que se mostraron de acuerdo con la medida «siempre que se garantizara que no se implementaba hasta finales de mes».
El malestar de las comunidades lo ha resumido así el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo: «Ni sabemos en qué momento, ni en qué circunstancias, ni en qué espacios, ni con qué índices de pandemia, ni con qué porcentaje de PCR positivas, ni con qué incidencia a 14 y a 7 días se puede retirar la mascarilla; ni si se puede hacer en todos los municipios o en todas las áreas sanitarias, todo esto está sin armar».
Pero Simón ha asegurado que la ponencia ha abordado el asunto en sus últimas tres reuniones y que «se viene valorando desde enero». «Las comunidades están bien informadas y a todos los niveles de que esto era necesario; si alguna ha querido tener más visibilidad o protagonismo, no puedo entrar», ha añadido.
Ley de nueva normalidad
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, dará cuenta en el próximo Interterritorial de la propuesta de reforma normativa, que debe cambiar la ley de nueva normalidad que regulaba el uso de mascarillas fuera del domicilio, algo que, con toda probabilidad, se ha tratado también esta tarde en la Comisión de Secretarios y Subsecretarios.
La medida, anunciada por Pedro Sánchez la semana pasada, se aprobará en un Consejo de Ministros extraordinario el próximo jueves 24 de junio y entrará en vigor este próximo fin de semana. Simón no ha avanzado nada de lo que Sanidad presentará a los consejeros el próximo miércoles, pero sí ha dicho que «es un cambio legislativo» que, como tal, «tiene que atender no solo a los criterios técnicos, hay más criterios».
Aunque sí ha deslizado que «es muy posible que en un futuro no muy lejano podamos retirarla de algunos escenarios más», si bien ha precisado que dejar de usar mascarilla implicará cumplir mejor otras medidas de protección. No obstante, el hecho de que ahora los datos permitan quitarse la mascarilla al aire libre, la pandemia ha enseñado que «no podemos descartar ninguna medida y que todas se tienen que ajustar a la evolución epidemiológica», con lo que no tiene por qué ser reversible.
Evolución de la epidemia
«Los datos indican que es muy probable que no suceda, pero no se puede asegurar al cien por cien», ha señalado antes de insistir en que «tiene que quedar muy claro que las medidas que se han tomado para el control de la transmisión no se tengan que marcar a fuego como permanentes, dependen de la evolución de la epidemia».
En todo caso, «si alguien quiere seguir llevando la mascarilla, bienvenido sea». «El que te la puedas quitar no quiere decir que te la tengas que quitar: si se siente que hay demasiada gente a su alrededor, se pone tranquilamente la mascarilla y no pasa nada», ha zanjado. «No cuesta nada -ha proseguido- llevar una mascarilla en el bolsillo y ponérnosla cuando sospechemos algún riesgo. Ya estamos suficientemente acostumbrados como para que a nadie le llame la atención».
Lo ha hecho al ser preguntado si especialmente los mayores deberían tomar alguna precaución a partir del sábado: «Lo que no tienen que tener es miedo. Lo que tienen es que ser prudentes».
Puig: «Una puerta abierta»
El president de la Generalitat, Ximo Puig, ha opinado que a lo mejor habría que «dejar una puerta abierta» en el decreto sobre la obligatoriedad de las mascarillas por si en algún ámbito hay que volver a usarla.
Por su parte, la secretaria de Estado de Sanidad, Silvia Calzón, ha reconocido que España ha sido uno de los países que ha tenido una estrategia más restrictiva respecto al uso de la mascarilla, y se ha felicitado de que la evolución de la pandemia permita dar este paso. Sin embargo, también ha advertido: «En ningún momento significa que la mascarilla vaya a desaparecer de nuestras vidas para siempre».