“La concentración de material genético en las aguas residuales indica que el virus sigue circulando, y que a poco que nos descuidemos y que se relajen las medidas de seguridad puede producirse un nuevo aumento de casos similar al observado en diciembre de 2020 y enero de 2021”. Esta es la conclusión de los investigadores de la Universidade de Vigo y del Consello Superior de Investigacións Científicas (CSIC) y personal de la empresa Geseco Aguas que participan en el proyecto DIMCoVAR. La investigación ha analizado en los últimos meses el material genético de virus SARS-CoV-2 en las aguas residuales de entrada de 11 EDAR (estación depuradora de aguas residuales) de Galicia, así como en los puntos de vertido en el medio marino.
Y es que la investigación concluye que aunque no se puede afirmar taxativamente que hay un aumento en la concentración de virus en la EDAR, ni que estemos en el inicio de la cuarta onda, “pero sí que hay unos valores de concentración suficientemente altos como para afirmar que el virus sigue en circulación y que la aparición de una nueva ola es un riesgo real, similar a lo sucedido en diciembre de 2020”.
Los análisis más recientes realizadas a finales del pasado mes de marzo por el equipo del proyecto DIMCoVAR dieron unas concentraciones en las EDAR en estudio de entre 3.000 y 18.000 copias por litro, unos valores considerados por los investigadores “discretos” comparados con los obtenidos durante el mes enero, en los peores momentos de la tercera ola, que en algunos casos llegaron a superar el millón de copias por litro.
Un año de trabajo en 11 EDAR
Después de un año de trabajo, la investigación, que cuenta con 235.000 euros de financiación del Fondo Supera Covid de la CRUE- Santander, afirman que “efectivamente el muestreo en las depuradoras seleccionadas resultó representativo de la evolución de la pandemia a nivel de Galicia”. Claudio Cameselle, docente e investigador del grupo BiotecnIA (Biotecnología Industrial e Ingeniería Ambiental) de la Universidad de Vigo, coordina el proyecto, junto a Beatriz Novoa García investigadora del grupo Inmunoloxía y Genómica del IIM-CSIC.
Después de casi un año de trabajo desarrollado en 11 EDAR, distribuidas del norte al sur de Galicia, desde Cedeira a Baiona, los investigadores observan que los valores promedio de las estaciones depuradoras son un fiel reflejo de la evolución de la pandemia, además de que “podemos estar seguros de que el análisis de la presencia de material genético del virus en las aguas residuales es una buena herramienta para detectar con suficiente antelación a evolución del número de infectados en la comunidad que vierte sus aguas en la EDAR en estudio”, detalla Cameselle.
Adelantos de 7 y 10 días sobre las PCR
En este sentido, los integrantes del proyecto confirman que, por término medio, el incremento de concentración de material genético del virus en la entrada de la EDAR se adelanta entre 7 y 10 días a la detección de nuevos infectados por PCR por las autoridades sanitarias. “Los datos que semanalmente enviamos a Augas de Galicia y ellos mandan a la Consellería de Sanidade y al Ministerio de Sanidad, le sirven a las autoridades sanitarias para detectar posibles rebrotes en base a la tendencia al alza de las concentraciones de virus, así como para gestión de los recursos sanitarios”, explica Cameselle, que junto a los investigadores de la UVigo se encargan del análisis de diversos parámetros físico-químicos de las muestras recogidas por Geseco Aguas.
Por su parte, la participación del CSIC, a través del Instituto de Investigaciones Marinas y, concretamente, de los grupos de investigación Inmunoloxía y Genómica e Ingeniería de Procesos, consiste fundamentalmente en la detección del material genético del virus por PCR y en el desarrollo del modelo epidemiológico en base a los resultados de los análisis.
El proceso de muestreo en las EDAR
La selección de las estaciones depuradoras en las que se está realizando el seguimiento desde hace un año, y a las que en julio de 2020 y a petición de Augas de Galicia se sumaron las de Pobra do Caramiñal, Betanzos, Viveiro y Burela, se hizo para incluir diferentes localizaciones de Galicia con diferentes niveles de población, entre 4.000 y 20.000 habitantes, y en las que no hubiera entrada de aguas procedentes de grandes hospitales, lo que aumentaría la presencia del virus.
“Así, se obtiene una información detallada exenta de interferencias externas que permite un estudio más preciso de la dinámica de los rebrotes”, explican los investigadores, que señalan que en la selección de las depuradoras también se tuvo en cuenta la existencia de diferentes tipos de tecnología para el tratamiento del agua, para poder evaluar se tenía un efecto de eliminación del material genético del virus.
Así, se comprobó que las depuradoras con un tratamiento biológico y con un tratamiento terciario de desinfección por ultravioleta o hipoclorito de sodio son más eficaces en la eliminación del material genético del virus, frente a las plantas que no dispongan de este tipo de tratamientos. “En cualquier caso, no se detectaron virus viables con capacidad infectiva en las EDAR ni en los efluentes de entrada o salida de las estaciones depuradoras. El agua residual y las EDAR son un buen indicador de la evolución de la pandemia, pero no un foco de contagio de covid-19”, aclaran los investigadores e investigadoras de DIMCoVAR, que finalizó el 31 de marzo, pero para lo cual ya están procurando fuentes de financiación que permitan su continuidad.