El hospital Ribera Povisa, de Vigo, dispone de unas instalaciones amplias, modernas y equipadas con las últimas tecnologías, además de un equipo humano muy bien coordinado que lo convierten en el hospital privado más grande de España y uno de los más prestigiosos. El hospital vigués da cobertura a cerca de ciento cuarenta mil pacientes del sistema público de sanidad, además de cuarenta mil pacientes privados. Vigoe ha tenido la oportunidad de entrevistar al dr. Javier de la Fuente Aguado, jefe de Medicina Interna, para hablar sobre el Covid19 cuando se cumple un año del inicio de la pandemia.
Al cabo de un año de pandemia del Covid19, ¿cómo recuerda usted los primeros días?
Con muchísima expectación, angustia, porque no sabíamos a lo que nos enfrentábamos. Nos encontrábamos en un estado de alerta máxima por las noticias y por la información de nuestros compañeros de Madrid, con los que mantenemos un contacto estrecho. Nos hacían presagiar que nos enfrentábamos a una situación tan calamitosa como la que ocurrió en Madrid, con enfermos desbordando los servicios de urgencias, desbordando la hospitalización, desbordando la UCI. Esto nos generó muchísima tensión. Pero había que enfrentarse a ella, de tal manera que había que ir planificando porque era un reto. Cómo íbamos a hacer, primero, para atender a los pacientes.
Segundo, para atender al resto de los pacientes que no estaban afectados por el covid y que tenían que ser atendidos de forma inexcusable, no solamente con carácter de urgencia, como es el caso de un infarto de miocardio o un ictus, sino pacientes que están conectados con monitores. Tercero, y tan importante como eso, cómo organizar lo que era la atención a estos pacientes para minimizar los contagios entre el personal sanitario. Cuarto, los equipos de protección y la segmentación de los servicios para atender a los pacientes y dedicar recursos para lo que era el covid, y para lo que era el no covid.
Y luego, en quinto lugar, también mucha preocupación y miedo a que nosotros nos contagiáramos y tuviéramos alguna complicación, pudiendo transmitirlo a nuestros convivientes, a veces personas mayores o con enfermedades crónicas. Esas eran las cinco preocupaciones principales, los cinco problemas que teníamos en mente. Fue muy importante, también, la hospitalización a domicilio (HADO) y lo que es la teleasistencia, porque hemos hecho mucha teleasistencia, ambos han tenido un papel muy relevante.
Desde un punto de vista hospitalario, ¿cómo se afronta ahora el Covid-19 en Ribera Povisa, del mismo modo que al principio?
La estrategia es similar. Diferenciar los circuitos para no mezclar pacientes, tanto en las Urgencias como en la Hospitalización. Son circuitos diferenciados que tienen que ver con las medidas y con los equipos de protección. Llegamos a tener ocupadas tres plantas enteras y, prácticamente, toda la UCI en la primera parte. En esta segunda parte, afortunadamente, no hemos tenido el pico que han tenido otros hospitales, hemos estado en una meseta que empezó alrededor de noviembre, y con más o menos casos hemos estado hasta ahora. Ahora tenemos una historia residual porque las últimas medidas de confinamiento, el cribado de la población, y la vacunación, han permitido que estemos en Vigo con unas tasas por debajo de cincuenta casos por cien mil habitantes, con lo cual estamos en una situación muy relajada.
¿Cómo ha influido el Covid-19 en la coordinación del equipo humano de Ribera Povisa?
Ha habido servicios que se han visto más afectados que otros. La preocupación era qué servicios iban a estar implicados, qué profesionales dentro de esos servicios iban a estar implicados, y cómo iba a ser, además, la asistencia, porque hubo que ajustar el horario de trabajo, los refuerzos. No había fines de semana, esto era un continuo. En principio se plantearon las necesidades y todas las decisiones se han ido tomando de forma conjunta dentro de un comité establecido al efecto, liderado por la Dirección. En el que está implicado, en todo momento, Enfermería, Medicina Interna, Urgencias, UCI y Neumología. Y luego hubo un papel muy importante de soporte a las residencias. En la primera ola, el hospital estuvo dedicado, básicamente, al covid y a la urgencia. En esta segunda ola han llegado a estar ocupadas dos plantas, pero ya no ha sido la ocupación de las veces anteriores y la UCI ha estado a medio gas. La teleasistencia, la hospitalización a domicilio, y la gestora de casos, que hay una gestora de casos, han esto en primera línea aplicando el manejo seguro en domicilio, y cuando había que hospitalizar se hospitalizaba ya directamente sin necesidad de que tuvieran esperas en Urgencias. Todo esto ha hecho más llevadera esta segunda fase que ha sido muy larga, porque llevamos cinco meses con ingresos.
¿Cómo está en estos momentos la hospitalización de pacientes con Covid-19?
En estos momentos es testimonial. Tenemos solamente ocupada la mitad de una planta. Tenemos hospitalizados a cinco pacientes. En estos momentos, a falta de lo que ocurra en estos próximos días, el número de casos es totalmente residual. Y esperamos que siga así porque las líneas de incidencia así lo demuestran.
Realmente, ¿es tan importante el uso de las mascarillas, la higiene personal, y la distancia para evitar los contagios?
Sí. Hay que enviar un mensaje inequívoco: sí. Las mascarillas son fundamentales. Y siempre mejor una FFP2 que una quirúrgica, eso está claro. La higiene es fundamental, como lo es la aireación de los espacios. Es importante que los espacios sean aireados con una periodicidad para evitar que el virus quede en suspensión y las partículas puedan ser inhaladas.
¿Es más fácil el contagio entre personas mayores que entre los jóvenes?
Lo que sabemos es que es mayor el número de personas asintomáticas entre los jóvenes que entre los mayores. Pero no tengo nada claro que la transmisión sea más fácil. Lo que tengo claro es que una persona que no se sienta enferma tiene más contacto social y tiene más posibilidades de transmitir el virus, y no quiere decir que contagie más, pero las interacciones de una persona joven son mucho mayores, y la forma que tiene de divertirse es diferente a la que tiene una persona mayor. Siempre lo explicaba con un ejemplo al principio de la pandemia. Una persona en Madrid, que termina el trabajo y está asintomática, se va a tomar unas cañas con los amigos, al día siguiente juega un partido de fútbol con otros amigos, después va a comer a casa de los padres, luego por la tarde vuelve a quedar con otros… Este es el típico supercontagiador, porque la interacción social que tiene es muy grande. Una persona de edad, que vive sola, lo más que puede ocurrir es que la vaya a visitar algún hijo o familiar, o que baje a tomar un café o a comer. Su interacción social no tiene nada que ver.
¿Ha habido muchos casos de enfermos reincidentes?
Sí. Pero es una proporción ínfima lo que son las reinfecciones, y estamos todo el día en ello.
Después de su experiencia frente al Covid-19, ¿qué consejos daría usted a la población?
Seguiría con el mismo tema. En las infecciones respiratorias que se transmiten por gotas, por efecto spray, hay que colocarse la mascarilla, esto es fundamental, y si uno se hace una prueba porque ha tenido algún contacto, por favor que se quede en casa hasta tener el resultado de la prueba. Por lo tanto, que evite la interacción social.
¿Cuál es su opinión sobre las vacunas como solución al Covid-19?
Buena, muy buena. Es la única alternativa que tenemos a falta de una medicación eficaz, que no la hay, hoy por hoy. Y esta es la solución que hay porque la experiencia que ya se tiene de Israel es buena. Tenemos dudas sobre si cubren o no cubren las variantes que se están dando, pero el camino se hace andando, lo que está claro es que los sitios donde se ha tratado la inmunización han caído las trazas, han caído los enfermos graves, y, por lo tanto, esta es el arma que tenemos y el arma que hay que utilizar.
¿Tendremos que acostumbrarnos a vivir con este virus del mismo modo que con el de la gripe?
No lo sabemos. Esta es una de las teorías que hay. Ha habido otros coronavirus. Este es el séptimo que produce patología en humanos, algunos han desaparecido solos, este parece que no, está ahí, y veremos cómo evoluciona. Estamos aprendiendo continuamente del virus y, de entrada, la perspectiva es que sí, lo estamos viendo, que sigue habiendo contagios, y hasta que no se demuestre que la vacunación total tenga el control del virus, mientras no se demuestre eso, el virus va a estar con nosotros.