Casi un mes después, la hostelería de Vigo retomó su actividad para llenar de vida las calles de la ciudad. A diferencia de otras ocasiones, el regreso se produjo en un día primaveral, que invitó a poblar las mesas y sillas disponibles en las terrazas. También era posible sentarse dentro –se permite ocupar el 30% del aforo- pero había una clara preferencia por disfrutar de un café al aire libre. No solo porque se echaba de menos reunirse con la gente para tomar algo –desde este viernes también se autorizan los encuentros entre personas no convivientes- sino porque el buen tiempo ha vuelto por fin a Vigo, con el termómetro marcando 18 grados a las 14.00 horas de un 26 de febrero.
Sin duda las temperaturas registradas este viernes, en el que el sol fue ganando presencia con el paso de las horas, ayudarán también a la economía de los locales, muy tocados por los continuos cierres. Algunos incluso ven insuficiente esta reapertura, con las terrazas al 50%, pero confían en que no se produzca un repunte de la pandemia que les devuelva a la situación anterior.
Otra diferencia con respecto a reaperturas previas se apreciaba en la información sobre los aforos. Muchos establecimientos se afanaban en colocar carteles para dejar claros todos los datos. Tal y como ha pedido la Consellería de Sanidade, es necesario que los clientes sepan cuál es la ocupación máxima permitida en condiciones normales y cuál en estos tiempos de pandemia. Y no solo en total sino diferenciando entre interior y exterior. Además, aunque algunos locales todavía no han podido actualizarse porque la Xunta no concretó las medidas hasta este jueves por la tarde con la pertinente publicación en el DOG, será preciso montar todas las mesas e inhabilitar aquellas que no se puedan usar.
Entre las novedades que trae esta desescalada también se encuentra el registro de entrada a través de código QR. Todavía no entrará en vigor hasta el 5 de marzo pero Sanidade ya ha advertido de su implantación. No obstante, la confusión es máxima incluso entre las autoridades. Por un lado, el presidente Feijóo aseguró que no será obligatorio y, por otro, el Diario Oficial de Galicia, habla de sanciones en caso de no ponerlo a disposición de los clientes.
Por último, se pide a los ayuntamientos que acometan un plan de inspección que, en el caso de ciudades como Vigo, pasa por revisar cada local dos veces a la semana y por implantar refuerzos de vigilancia durante los sábados, domingos y festivos.