Ha pasado un año desde que se inició la pandemia, un año con tanto sufrimiento, un año en el que tantos y tantas desgraciadamente nos dejaron. Esto es lo principal, las vidas, el dolor de la pérdida, el sufrimiento de la enfermedad. Pero estos últimos doce meses tan duros también han mostrado nuestra fuerza, en Vigo seguimos fuertes y venceremos al Covid. En este año, Vigo se volcó para derrotar al virus, para paliar los efectos socioeconómicos que produjo y sigue produciendo, y seguiremos haciendo frente al Covid en tanto tengamos un sólo contagiado.
El drama de esta pandemia es inequívocamente sanitario, es nuestra vida, nuestra salud. E inmediatamente después, la derivada social y económica. Según una reciente encuesta de la OCU –la Organización de Consumidores y Usuarios–, la mejor gestión municipal contra el Covid es la de Vigo y es un mérito de todos y todas, es mérito de la ciudad.
Vigo está afrontando con seriedad esta crisis. Las estadísticas revelan la responsabilidad y el buen comportamiento general de los vigueses y las viguesas, con la ciudad siempre en niveles de incidencia más bajos que el resto de ciudades gallegas, que la media de Galicia y de España. Es mérito de la ciudad.
Desde el Ayuntamiento que presido, hemos puesto todos los medios a nuestro alcance para atender a quien lo necesita, para minimizar los riesgos de contagio, para apoyar a los autónomos, al pequeño comercio. Y sin renunciar a hacer ciudad. Hace un año creamos una comisión técnica y política que analiza la evolución de la pandemia en nuestra ciudad, con reuniones diarias, festivos y fines de semana incluidos, los trescientos sesenta y cinco días del año, para tomar decisiones en tiempo real.
Lo primero, la atención social. Más de 12.000 ayudas de emergencia que han beneficiado directamente a más de 32.000 personas, para encarar lo básico: la alimentación, el alojamiento, la luz. Llevamos comida a las casas de quien lo precisa, alojamos a personas sin techo en hostales y hoteles, prestamos atención psicológica a los mayores que viven solos, pagamos el comedor de los escolares cuando los colegios estuvieron cerrados, dimos ordenadores para seguir las clases on line… Además, y aún siendo competencia autonómica, dedicamos millones de euros en desinfección de colegios, de parques, de instalaciones deportivas, etc.
Aplazamos tres veces el pago de los impuestos municipales en 2020, no cobramos agua, basura ni vado a los locales que tuvieron que cerrar, tasa cero para las terrazas, bonificamos la apertura de nuevos negocios y suspendimos el pago de la zona azul, mientras la Xunta sigue cobrando el aparcamiento del hospital Álvaro Cunqueiro. Millones de euros de ayudas del Concello de Vigo a autónomos y Pymes.
Y estamos movilizando un volumen de inversión sin equivalente en ninguna urbe de España en función de la población. Casi 135 millones de nuestro presupuesto, de nuestro ahorro, para dinamizar la economía y el empleo a lo largo de los próximos doce meses. Y todo ello manteniendo la deuda cero, pagando a nuestros proveedores antes que nadie en este país, con nuestras finanzas saneadas.
Pero en Vigo no nos conformamos. La solidaridad y el inconformismo forman parte de nuestra esencia. No estaremos tranquilos hasta que dejemos de lamentar víctimas, hasta que dejemos de contar contagios. Y estamos muy cerca, la vacunación ya está aquí, es cuestión de unos meses más. Mientras tanto, mi abrazo a la ciudad y mi ánimo para seguir manteniendo todas las medidas de prevención: higiene, distancia, mascarilla. Especialmente en este último año tan duro, como alcalde me siento orgulloso de la responsabilidad que Vigo demuestra día tras día.