Portugal ha aprobado una serie de medidas para intentar atajar la nueva ola de Covid-19 que está afectando al conjunto de Europa. Con una incidencia acumulada en 14 días superior a los 250 casos nuevos por 100.000 habitantes, el país vecino ha decidido regresar al llamado ‘estado de calamidad’ a partir del 1 de diciembre y mantenerlo al menos hasta febrero.
Desde ese día será obligatorio presentar una prueba negativa de Covid-19 para entrar en el país y para disfrutar de diferentes ámbitos relacionados con el ocio. Además, se endurecerán las restricciones durante la primera semana de 2022 para contener los contagios después de Navidad y ante la vuelta a las aulas.
Así, se exigirá a partir del 1 de diciembre un test de coronavirus con resultado negativo a todos los turistas, aunque tengan un certificado de vacunación. Adicionalmente, será obligatorio utilizar mascarillas en espacios cerrados, presentar certificados de vacunación o pruebas negativas de coronavirus para poder acceder a bares, restaurantes, espacios de ocio y eventos deportivos.
Igualmente, se instaurará una ‘semana de contención’ entre el 2 y el 9 de enero. Durante esos días, el teletrabajo será obligatorio siempre que sea posible. Asimismo, las aulas y las discotecas permanecerán cerradas. Cabe recordar que en Portugal no se celebra la festividad de Reyes y el alumnado volvería a los colegios el 3 de enero de 2022. Ese regreso se retrasará al día 10 para evitar “el trágico enero” que vivió el país el año pasado.
“Estamos mejor que la generalidad de los países europeos, pero no estamos tan bien como querríamos. Por eso es el momento adecuado para adoptar nuevas medidas”, señaló el primer ministro, António Costa, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
“Ser los más vacunados tiene consecuencias beneficiosas para todos nosotros. Gracias a una mayor vacunación, Portugal tiene un menor número de hospitalizados de los que se han registrado en otros países en unidades de cuidados intensivos y sobretodo ha habido menos muertos lo que significa que la vacunación ha salvado vidas”, ahondó el primer ministro portugués.