La viguesa Vicus DT, una empresa de ingeniería de propulsión especializada en dinámica de fluidos aplicada a la hidrodinámica de barcos que amplía sus horizontes hacia otros sectores. Acaban de lanzar la marca Slidian, un proyecto pionero en España, capaz de simular el comportamiento de todo tipo de fluidos en el aire para garantizar la seguridad de clientes y trabajadores frente al Covid-19, de una forma más rápida y mucho más económica que las alternativas que ofrece actualmente el mercado.
“Nos dimos cuenta de que podíamos emplear los mismos procedimientos y programas que utilizamos cuando estudiamos la hidrodinámica de un barco y trasladarlo, por ejemplo, a un restaurante”, explica Adrián Sarasquete, responsable de Slidian. La creciente preocupación por crear ambientes “Covid Free”, llevó al equipo a especializarse en soluciones capaces de integrar la seguridad con la eficiencia energética, proporcionando además grandes ahorros en ventilación, calefacción, aire acondicionado y refrigeración.
“Nuestro trabajo tiene aplicación en la arquitectura, la ingeniería civil y la energía mediante simulación y visualización del comportamiento de fluidos por ordenador. Se trata de las mismas herramientas que utilizamos para el análisis de fluidos en el diseño de barcos, aviones o los coches de Fórmula 1. El objetivo de Slidian es solucionar el reto de la adecuada ventilación de todo tipo de locales garantizando la seguridad de los clientes frente al COVID19 con un uso eficiente de la energía”, apunta Sarasquete.
El modelo virtual (en 3D) que ofrece esta tecnología permite simular diferentes escenarios de ventilación en función de la temperatura, el aforo y el espacio (la superficie) dando lugar distintas soluciones para el cliente. Se trata de análisis de riesgos que permiten calcular, por ejemplo, cuánto tardaría en propagarse un virus por el aire en un espacio cerrado teniendo en cuenta los sistemas de ventilación de los que disponga el local y localizar los puntos de concentración más críticos para erradicarlos. Trasladando esto a un ejemplo más claro, en las instalaciones de un gimnasio podría calcularse la calidad del aire; el control del número de ocupantes esperados y carga contaminante causada por esos ocupantes; la estimación de concentración máxima de productos químicos/ contaminantes; el estudio de la calidad del aire exterior; el control de distancia mínima con tomas de aire, o el cálculo de tasa de ventilación requerida.
Las soluciones pueden centrarse en análisis previos a la construcción de una instalación de ventilación de aire, que permita contemplar todas las opciones y así evitar problemas y gastos futuros; o análisis para adecuar sistemas de ventilación a los nuevos riesgos generados por la Covid-19.
“Ya hemos aplicado esta tecnología en trenes y barcos, por ejemplo, para facilitar el confort en cuanto a temperatura óptima en su interior. Pero ahora la seguridad frente a la dispersión de agentes contaminantes ha elevado la demanda en su aplicación y queremos trasladarlo a la hostelería, gimnasios, oficinas, comercio, banca o naves industriales. Es decir, donde podamos encontrar concentraciones de personas en instalaciones cerradas. Y ya tenemos clientes interesados” explica el responsable de Slidian.
Otro de los aspectos que han tenido muy en cuenta a la hora de poner en marcha este nuevo proyecto era la situación económica de las empresas a las que se dirigen. “Queríamos sacar al mercado una solución económica y sobre todo rápida, dado que hay muchas empresas que se han visto afectadas por las numerosas restricciones del último año y se van quedando por el camino”, dice. Y aunque cada estudio de ventilación es diferente y del dependen muchos factores, una empresa pequeña podría beneficiarse de esta nueva solución a partir de 2.000 euros. Actualmente ya están realizando proyectos para empresas gallegas fuera del sector naval. La más reciente, por ejemplo, en un establecimiento comercial dedicado a las plantas.
El lanzamiento de la marca Slidian se lleva a cabo en paralelo para España y Holanda. “Nuestra ingeniería, Vicus DT, trabaja para casi 50 países y a lo largo de estos años hemos realizado más de 700 proyectos internacionales. Es en Holanda donde contamos con más clientes, por lo que decidimos apostar también por este mercado, en donde esperamos tener una gran acogida. El objetivo es sin duda que la ingeniería que desarrollamos pueda aplicarse en más sectores para ampliar horizontes, y por supuesto, para ayudar a mejorar la calidad de vida”, explica Adrián Sarasquete.