Esto es lo que le ocurre a lo que podría ser la fachada principal —aun cuando todo el mundo considera como principal la lateral que da hacia la Ronda de Don Bosco—. Pero el derrumbe del algunos pequeños edificios de la Rúa Taboada Leal y del Calexón dos Salesianos ha permitido que se puedan ver las vidrieras que antes quedaban ocultas, y que ahora mostramos en esta fotografía tomada con las últimas luces del atardecer. Quizá hubiera que pensar en la posibilidad de despejar todo el frente que tapa la iglesia, indemnizando justamente a los perjudicados, para que el templo de María Auxiliadora luzca adecuadamente.