El Concello de Vigo ultima los detalles para que algunos de los nuevos y antiguos tesoros del Pazo de Castrelos luzcan con todo su esplendor en 2025, año en el que se cumplirá un siglo desde que la familia Quiñones de León donó el pazo, los jardines y el parque a la ciudad.
En las últimas semanas, se ha dado luz verde a varios contratos para mejorar, tanto el aspecto del propio inmueble, como de obras de arte que atesora en su interior. Así, la antigua sala de exposiciones temporales y los anexos del museo se pintarán y, prácticamente al mismo tiempo, varias de sus joyas serán restauradas.
Recién llegadas a Vigo
Es el caso de dos recién llegadas a la ciudad de Vigo como son los retratos que realizó la artista Antonia Bañuelos con sus dos hijas, Isabelle y Antonia, y el que poseía de Don Cayo Quiñones de León de Salvador, pintado por Salvador Martínez Cubells.
Las obras fueron adquiridas en junio de este mismo año en una subasta celebrada en Francia en la que se pusieron a la venta los objetos íntimos de Antonia Bañuelos-Thorndike, la segunda esposa de Fernando Quiñones de León, el Marqués de Alcedo.
El Concello de Vigo desembolsó unos 40.000 euros en un lote de varios objetos entre los que se encontraban esas dos obras, que ahora serán reparadas por Javier García Lozano Estudillo tras firmar un contrato de 7.139 euros. En el propio catálogo de la subasta se indicaba que ambas obras tenían faltas en la parte interior, en el caso del de Don Cayo, y deterioros y pérdidas importantes en el caso del autorretrato de Antonia Bañuelos con sus hijas, por lo que se tratará de una restauración compleja.
No serán las únicas obras de arte vinculadas al Pazo Quiñones de León que pasarán próximamente por el taller de restauración. También lo harán dos grandes murales del pintor gallego Urbano Lugrís que presentan deterioro por el paso del tiempo y que se exponen en la escalinata de entrada del pazo.
Son las obras «Mapa de Galicia» y «Misterios del Mar», dos de los cinco murales rescatados de las paredes del Gran Hotel de Vigo, realizado por el arquitecto Paczevich.
Tras el abandono del antiguo edificio del Hotel Moderno, los murales quedaron en el olvido y en 1977 fueron despegados de las paredes para ser almacenados en el Concello de Vigo hasta que, en 1991, comenzaron a restaurarse, una operación que se prolongó durante un año y medio.
Posteriormente, «Misterios del Mar» y «Mapa de Galicia» se destinaron al pazo vigués, mientras que las otras tres obras «Vista de Vigo», «La Romería» y «San Telmo» pasaron a formar parte de la colección de arte Caixanova, ahora Afundación.
Ambos murales serán ahora arreglados por Crea Restauración tras firmarse este mismo mes de octubre un contrato por valor de 12.705 euros. El mismo estudio, además, acometerá también la restauración de un espejo y un marco del siglo XVIII, una actuación que se ha tasado en 2.604 euros.
Además, por un importe mucho menor también se ha aprobado la autorización para gastar 1.403 euros en pequeñas intervenciones de carácter preventivo sobre distintos bienes culturales de las colecciones del museo, una actuación que también llevará a cabo García Lozano, el restaurador encargado de las obras que fueron de Antonia Bañuelos.
Exterior del pazo
El exterior del pazo también se está poniendo a punto para la importante efeméride que se conmemorará en 2025. La senda sensorial para invidentes, inaugurada en el año 2011, se encuentra visiblemente deteriorada desde hace tiempo y se reparará al fin por un contrato de 14.447 euros. Asimismo, el Concello de Vigo también gastarán cerca de 3.000 euros en material para el mantenimiento y conservación del jardín histórico.
Así, todo se está poniendo a punto para la gran conmemoración del centenario del Pazo de Castrelos a la ciudad de Vigo. De hecho, se ha encargado el proyecto de la exposición conmemorativa a Víctor Hugo López Borges. Desde el pasado mes de julio, este conservador y restaurador de arte nacido en Vigo pero afincado en Londres prepara la que será una de las grandes muestras de la ciudad.