Nunca es tarde para reinventarse. La historia de Amelia García, conocida cariñosamente como Meli en el barrio vigués de Coia, es un testimonio de ello. Tras 45 años al frente de su frutería «Frutas Meli», situada en el Centro Comercial Coia 4, Amelia decidió dar un giro radical a su vida y perseguir su pasión por la escritura y el audiovisual, una inquietud que siempre la acompañó pero que postergó por las responsabilidades familiares y laborales.
Ahora, a sus 64 años, Amelia ha escrito y protagonizado el cortometraje ‘As mulleres do pilón’, una obra que ha logrado una nominación a los mayores premios del audiovisual gallego: los Mestre Mateo, un reconocimiento a una nueva vida dedicada a la creación.
Una nueva vida llena de proyectos y pasión
Tras traspasar su frutería, Amelia se matriculó en clases de audiovisual con Alejandro Pacheco, quien dirigió el cortometraje. «Le enseñé el texto, le gustó y dirigió el corto, actuamos cuatro alumnas del curso y la ropa que vestimos la encontré en el fallado de mi suegra, hasta la del tendal es de la época, de cuando mi marido era niño», explica Amelia.
«Yo ayudé a la familia con la frutería y fueron desde los 18 hasta los 63 años», recuerda Amelia con una sonrisa. «Tenía los pies en la tierra: dar de comer, me daba la frutería, pero me dije: mi hija ya está criada, todo está más o menos bien, pues me adelanto, lo que fue la prejubilación, y ya está, porque para allá no me lo voy a llevar y quiero disfrutar de lo que me gusta y quiero demostrar lo que valgo». Esta determinación la impulsó a dar el paso y sumergirse de lleno en el mundo del arte.
La nominación a los Mestre Mateo es un gran impulso para esta nueva etapa, pero Amelia no se detiene ahí. Actualmente, trabaja con sus compañeros en una serie para la TVG y en un largometraje, donde interpreta a una «madre del psicópata». «Desde hace un año que me prejubilé, tengo los sábados y los domingos para hacer los rodajes y disfrutar de lo que me gusta, que es esto», afirma con entusiasmo.
‘As mulleres do pilón’, un relato personal contra la violencia machista
‘As mulleres do pilón’ es mucho más que un cortometraje para Amelia; es la materialización de un recuerdo doloroso de su infancia. La historia, basada en hechos reales, aborda la violencia machista a través de las confidencias de mujeres en un lavadero público. No es solo un cortometraje; es un testimonio, un eco del pasado que resuena con fuerza en el presente.
Amelia presenció de niña un trágico suceso que la marcó profundamente: la muerte de una vecina víctima de violencia de género. Esta experiencia, sumada a episodios de violencia machista en su propio hogar, la impulsó a transformar ese dolor en arte, primero a través de un poema y luego en un guión cinematográfico. «Recuerdo ir al río con mi madre, que era una mujer maltratada, y nos encontramos con una vecina que lloraba y contaba el miedo que tenía por la llegada de su marido», rememora Amelia. «Yo entendí ese terror porque era el que yo sentía cuando papá entraba con esos ojos rojos».
Así, la mirada femenina que impregna la obra es un elemento clave. No se trata solo de que esté creada por una mujer, sino de que se centra en la experiencia femenina, ofreciendo una perspectiva íntima y profunda sobre el sufrimiento y la resiliencia de las mujeres. El pilón se convierte en un símbolo de sororidad, un espacio donde encuentran apoyo y comprensión mutua.
Más allá de la ficción, la propia historia de Amelia García es un ejemplo de empoderamiento. Tras una vida dedicada al trabajo en su frutería, decide dar un giro radical y dedicarse al arte, convirtiendo su pasión en una herramienta de denuncia y concienciación. ‘As mulleres do pilón’ se transforma así en una llamada a la acción, un recordatorio de que la lucha contra la violencia machista sigue siendo necesaria.