Ha querido la casualidad que mientras Pedro Almodóvar presentaba en el festival de Venecia ‘Madres paralelas’, el director gallego Pablo Romero estrenase en el Festival de Cans el documental ‘Donde acaba la memoria’ que protagoniza el hispanista Ian Gibson, dos cintas muy diferentes pero unidas por un nexo común: la memoria histórica. Eso fue el jueves, y este viernes Gibson se ha referido en Galicia a ese hilo invisible que une Cans y Venecia para significar, en una entrevista con Efe, que «Almodóvar está en la misma línea» que él, «como todo el mundo decente».
«Almodóvar ha dicho lo que ha dicho, noblemente, y me parece estupendo porque se da además publicidad internacional a este tema. España no puede tener más de 100.000 muertos todavía en fosas comunes. No puede ser», ha dicho Gibson, muy dispuesto a responder a todo aquello que se le pregunta. «Todos estamos preocupados con este tema. Pero yo recuerdo a Pablo Casado decir que está hasta aquí de la fosa del abuelo y que Pedro Sánchez no tiene más tumbas que visitar después de ir a ver a Azaña y Machado, esas cosas son ruines», ha añadido Gibson, que se considera así mismo un «activista» de la memoria histórica.
El documental que protagoniza, recibido con una sonora ovación por el público asistente, recorre el camino que ha seguido Gibson para desenterrar la memoria de España. «Creo que el mensaje de la película es importante en estos momentos. Cuando España no afronta lo que pasó aquí con la dictadura, y hablo de la derecha, el país no va a poder avanzar con confianza hacia el futuro», señaló. Para el hispanista de origen irlandés, con pasaporte español desde 1984, en España las cosas no se han hecho bien, lo cual «es un poco patético a estas alturas».
«La derecha no acepta la criminalidad del franquismo»
Salva Gibson en la derecha, entre otros, al presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, quien «ha tenido la valentía de decir que sí, que fue un golpe de Estado. Obviamente, fue un golpe de Estado, fue una sublevación criminal y la dictadura de Franco fue criminal, y la derecha de hoy no acepta la criminalidad del franquismo».
Localizar y desenterrar los restos de los más de 100.000 muertos que permanecen sepultados en las cunetas de España es para Gibson un paso necesario para que España desarrolle «todo su potencial», pero que eso suceda «depende de la derecha española, que tiene que aceptar la criminalidad del régimen de Franco. Creo que es necesario desenterrar a todos los muertos como ellos hicieron con los suyos».
«La gran reconciliación»
Empezando, claro, por Federico García Lorca, figura a la que Gibson, como recoge el documental que protagoniza, ha dedicado 50 años de su vida y cuyos restos mortales podrían ser el principio de la reconciliación entre las llamadas dos Españas. «Es el desaparecido más famoso del mundo, y el más amado, y el más llorado. Es el símbolo de todos los desaparecidos», ha subrayado, a la expectativa de lo que pueda pasar ahora que la nieta de Dióscoro Galindo, asesinado junto a Lorca, ha presentado ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos una demanda contra el archivo del Tribunal Constitucional para que se investigue su muerte y se localice la fosa común en la que están enterrados.
Según Gibson, el propio Lorca, que «querría que se buscase a todos los muertos en España», podría ser él mismo «la gran reconciliación». «Yo insisto en el mensaje de su obra, un mensaje de amor al otro. Lorca tiene una raíz cristiana profundísima. No le gusta tanto su padre, el de Jesús. No le gusta nada, pero Cristo sí, es otro asunto, y Lorca es profundamente cristiano», por lo que no hay nada en su obra que pueda ofender a la derecha, ha matizado.
«El rey es una terrible decepción»
Gibson, que nunca ha evitado significarse políticamente, se ha referido también a la noticia del día: las comisiones rogatorias enviadas por la Fiscalía a Suiza para que le remitan todos los datos que tengan sobre la Fundación Zagatka. «El rey emérito es una terrible decepción para todo el mundo», ha dicho Gibson, quien, sin embargo, ha alabado a Felipe VI.
«Creo que el actual jefe lo está haciendo muy bien, me parece un señor noble y, en general, sensato. Yo preferiría ver a Felipe VI como presidente de la III República y por elección popular», ha señalado antes de subrayar que no le hace «ninguna gracia lo del rey emérito, ni lo del elefante, ni lo de las cuentas, ni todo eso».
Buen e importante mensaje
Pero como a Cans se va a hablar de cine, el famoso hispanista se ha referido también al documental que protagoniza, un proyecto «un poco milagroso» por cómo se gestó y por los avatares que pasó durante ocho años para que ha llegado a estrenarse en Cans.
Reconoce que de haber sabido que acabaría siendo el protagonista de la cinta, lo que no estaba inicialmente en los planes del director, se lo habría pensado «tres o cuatro veces», sin embargo, visto el resultado y el entusiasmo con que ha sido recibido, no ha dudado en afirmar que «el resultado final es bueno y el mensaje es importante».