El director vigués Álvaro Gago quiere romper el «falso mito» del matriarcado gallego con «Matria», el largometraje basado en el corto homónimo con el que conquistó Sundance en 2018 y que narra la vida de Ramona, una mujer trabajadora que inicia «una revolución personal». «Quiero desmontar esta idea de que una mujer trabajadora que puede con todo, que lleva a la familia a la espaldas y que a veces se asocia a una mujer poderosa tanto a nivel político como a nivel social y familiar, cuando no lo es», explica el director, que se encuentra actualmente rodando la película en la provincia de Pontevedra.
Basada la en la historia real de Francisca Iglesias Bouzón, la mujer que cuidó del abuelo del director durante ocho años, la película cuenta el día a día de una trabajadora que «está desviviéndose constantemente por los demás» y que, de repente, «empieza a pensar un poco más en sí misma» y a buscar «su lugar en el mundo».
«Yo la veo como una revolución muy pegada a la tierra y con mucho estómago, muy visceral», asegura Gago. Coproducida por la productora gallega Matriuska, la madrileña Avalon y la catalana Ringo Media, «Matria» fue uno de los proyectos seleccionados por el mercado de coproducciones de la Berlinale y por el Mediterranean Film Institut, además de participar en el TIFF Filmmarket Lab de Toronto y en La Incubadora de la Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid (ECAM). «Estamos ahora mismo terminando la primera semana de rodaje. Vamos a rodar durante cinco semanas. Se me hacen un poco cortitas, pero es lo que hay», confiesa el director.
Fábrica de congelados
«Matria» tendrá como principales localizaciones la comarca del Salnés, concretamente lugares como Vilanova de Arousa, Cambados, Vilagarcía, Pontecesures y la propia Illa de Arousa, además de Pontevedra y otros enclaves. Precisamente, desde la fábrica de congelados Elaborados Santamar S.L., Gago explica la importancia de rodar en Galicia y retratar el lugar en el que creció y con el que se siente «profundamente conectado».
Sin embargo, la temática es la misma, porque «Matria» habla de las relaciones familiares, del trabajo y del falso mito del matriarcado gallego, todo ello a través de «la cotidianidad de la mujer trabajadora y su día a día». Ahora bien, una de las principales diferencias con el cortometraje es precisamente esa mujer, Ramona, que mientras en el corto era interpretada por la propia Francisca Iglesias Bouzón, ahora es la actriz María Vázquez la que se pone en la piel del personaje.
Ya lo hizo con el cortometraje homónimo con el que en 2018 triunfó en el Festival de Sundance, obteniendo el Gran Premio del Jurado. Además, también fue seleccionado como el mejor cortometraje del Festival Ibérico de Cine y tuvo su nominación en los Goya de 2018. En cuanto a las diferencias con el cortometraje, Gago explica que en el largo «se desarrollan más los personajes que fueron pululando de manera muy testimonial en el cortometraje, como la hija de la protagonista o el propio marido».
La candidata perfecta
«Quería traer al personaje a una edad más temprana. Aproximadamente quince años antes. Llevo desarrollando esta película casi cuatro años y al principio me planteé hacerla con Francisca, pero ella no se veía físicamente capaz de soportar el rodaje», cuenta el director. Además, para él, Vázquez es la candidata perfecta, porque tiene una capacidad «de sacrificio y de trabajo enormes»: «Pone codos en todo el talento que tiene. Vi desde el principio que iba a ser muy fácil para mí construir algo alrededor de ella, teniendo en cuenta además su capacidad para mimetizarse con un entorno», añade.
Y es que en la película, además de Vázquez, participan otros seis o siete actores frente a más de 40 intérpretes no profesionales, algo que para Vázquez ha supuesto una experiencia «muy enriquecedora». «Yo estoy aquí grabando con mis compañeras de la fábrica, que realmente son trabajadoras y que me han acogido muy bien. Aprendemos las unas de las otras y también es una cura de humildad y de dejar el ego a un lado porque ellas a veces son muy críticas con mi trabajo», asegura.
En cuanto a Francisca Iglesias, la actriz afirma que la adoptó y le dio su bendición «rápidamente» y que ha sido «una verdadera inspiración» para construir el personaje de Ramona. «Me parece un homenaje precioso no solo a ella sino a todas estas mujeres luchadoras de la zona, que tienen unas vidas muy duras y son la alegría de vivir», explica.
«Un poco más luminosa»
De hecho, la película explotará una parte «un poco más luminosa y esperanzadora», conectada con un nuevo personaje, Xosé, con el que Ramona inicia una nueva amistad y que traerá cierto «humor agrio» al filme. «Es un humor que responde a una necesidad de supervivencia, a unas circunstancias complejas de gestionar a nivel laboral y familiar y que le permite seguir hacia adelante», explica Gago.
Sin embargo, el director reconoce que al igual que el corto, la película tendrá un estilo más sobrio, cercano al documental, con una cámara menos trabajada en la que, frente a «una estética aplastante», tratará de priorizar «la historia de aquellas mujeres que no aparecen en los libros».