La calle más bulliciosa de la zona alta del barrio histórico vigués amaneció este martes con un “cielo” de sonrisas. Cerca de medio centenar de fotografías colgadas literalmente al paso de los peatones, un proyecto puesto en marcha por Javier Teniente con la ayuda del Concello de Vigo.
“Vigo sonríe” surgió hace ya casi dos años de la mano de Javier Teniente, fotógrafo cuya galería fue uno de los negocios pioneros en el Casco Vello Alto. Entonces, el proyecto no encajaba en ninguna iniciativa, pero la puesta en valor del arte en la calle, con la decoración de medianeras, ha logrado ahora el apoyo municipal.
“Se me ocurrió durante un invierno horroroso, la gente estaba triste, todo era gris, el tiempo, la piedra… solo se hablaba de la crisis, las primas de riesgo… Empecé a pensar en qué podía hacer para animar un poco la calle, darle un poco de chispa, porque lo único que sonreía en la calle era la publicidad, las imágenes de los anuncios, carteles de perfumes… y se me ocurrió hacer fotos de gente de Vigo riendo”, explica.
Así surgió la idea original de la instalación que desde este martes y hasta finales de verano decorará la calle Abeleira Menéndez. “La finalidad del proyecto es que cuando pases por debajo te arranque una sonrisa”, explica. “No se trata de hacer un retrato muy bueno, no le pedía a la gente que no se riese para que salgan bien sus facciones. Al revés, iba por la calle y pedía la mejor sonrisa”, afirma.
Hospitales, astilleros, puerto, universidad… fueron el objetivo de Teniente durante diez días. Disparó su cámara durante este mes de marzo y después abordó la labor más complicada, el trabajo de taller. “Al principio pensamos en poner lonas, pero no iba a funcionar bien con tantas fotos, así que buscamos un soporte rígido como el PVC, que ofrece un movimiento muy especial cuando hay viento. Además, pusimos vinilos”, aclara.
«Ha cambiado la atmósfera»
“La respuesta ha sido genial, este lunes apareció un chico y me gustó mucho lo que dijo, porque me comentaba que en unos minutos la calle había cambiado su atmósfera, que ahora es más feliz. Creas otro ambiente, es muy chulo pasar por debajo”, señala Javier Teniente. El trabajo representa a la ciudad, desde pescadores, estudiantes, profesores, músicos y actrices hasta trabajadores del naval o médicos. “Intenté que estuviese toda la ciudadanía, gente a la que abordamos y dispuesta a dejarse fotografiar con una sonrisa”, dice junto a la terraza de su galería que hoy reabre al público para recibir la primavera con una gran sonrisa.