La exposición realiza un recorrido por el recuerdo colectivo del pasado siglo XX, cuando la ciudad experimentó un enorme —y a veces anárquico— crecimiento. En ella podemos observar, por ejemplo, cómo era la vida de las calles de Vigo en la décadas de mediados del siglo XX, cómo era la playa de Samil, o la sorprendente visión de la ciudad cuando todavía estaban construyéndose algunas de las calles que hoy resultan pilares fundamentales de esta urbe, o las instalaciones del puerto, o la vista aérea del entorno de la Plaza de España, con muy pocas edificaciones.
Asimismo, también se muestran fotografías de algunos bailes y de algunos establecimientos que el progreso, como siempre ocurre en estas latitudes, se ha llevado por delante.
La fotografía que acompaña este comentario corresponde al Balneario de Samil, ya desaparecido, pero que tuvo un enorme protagonismo en la vida ciudadana viguesa de mediados del siglo XX.
La exposición resulta imperdible para quienes quieran vibrar con los recuerdos, refrescar la memoria, o simplemente conocer el pasado reciente. Estará abierta hasta el próximo día 17 de agosto, y es una buena oportunidad, además, para observar la recuperación y la transformación que se está llevando a cabo en el Casco Vello de Vigo.