Hoy cumple años uno de los dibujantes de cómic más internacionales que ha tenido nuestro país. Estrella indiscutible del cómic americano desde hace décadas, también ha creado proyectos más personales, como esta reescritura de la Gran Guerra, que firmó junto al guionista de «Siempre Vengadores».
Cuenta la leyenda ⸺y el propio Pacheco⸺ que el trabajo que compartió con Kurt Busiek durante la miniserie «Siempre Vengadores» de Marvel derivó en una buena amistad entre ambos y que el guionista pasó unos días en su casa de San Roque, Cádiz, en 1998. Allí Busiek le planteó qué más podían hacer juntos y qué podría ser si se decidieran por algún proyecto fuera del mundo de los superhéroes. Pacheco respondió que le encantaría hacer un cómic ambientado en la Primera Guerra Mundial. Siempre ha sido un amante de la Historia y en concreto de ese momento puntual, que trajo el desenlace a la Europa nobiliaria de los grandes hoteles y los balnearios de retiro, y parió un siglo XX cruel y habituado al horror en todas sus formas. Ese despertar de un mundo bucólico e inocente, que tuvo que enfrentarse a diario a la monstruosidad, era lo que Pacheco quería reflejar en un cómic. Pero Busiek comprendió al instante que el mercado americano no se parecía en nada al europeo y que un cómic puramente histórico no sería bien recibido. De modo que se les ocurrió añadir magia.
Así surgió Arrowsmith, un cómic diferente que vio la luz en 2003 y que, ya desde su comienzo, sacudió a crítica y público. Pensado como un proyecto independiente, recibió una nominación a los Premios Eisner, obtuvo unas críticas entusiastas y las ventas fueron muy superiores a lo esperado, lo que llevó a que se reeditara casi de continuo desde entonces. Tanta ilusión hubo con aquella aventura bélica / fantástica que Busiek y Pacheco han recogido múltiples peticiones para que hubiera una secuela y parece que finalmente la podremos ver.
Arrowsmith sigue las andanzas del hijo de un herrero de Connecticut, en los Estados Unidos de Columbia ⸺sí, no son los Estados Unidos de América⸺ en su viaje vital para alistarse en la Gran Guerra que se está desarrollando en Europa. El joven Fletcher Arrowsmith siente que, si en algún lugar del mundo se está produciendo un ataque a la libertad de un pueblo y hay gente que está muriendo por ello, él no puede quedarse cruzado de brazos y mirar para otra parte. Eso lleva a que se implique en el conflicto, que no será tan grandioso ni tan heroico como él pensaba y le hará comprender el horror intrínseco de una guerra. Alistado en la Aviación, tendrá que enfrentarse a la muerte y la desolación que traen consigo las batallas y también a los actos que le ordenarán cometer. Ni él ni los que luchan a su alrededor saldrán indemnes de esta aventura, y las quemaduras en la cara serán lo de menos.
Contado así, parece la clásica historia de iniciación durante una guerra, que hemos visto tantas veces. Pero Arrowsmith gana de calle a todas sus predecesoras por el formidable trabajo de ambientación. Se trata de una ucronía, un relato histórico alternativo, donde algunas cuestiones de la historia conocida permanecen igual y otras han cambiado por completo. El elemento diferenciador de esta serie es que en el mundo de Fletcher Arrowsmith existe la magia y eso altera el transcurso de la guerra. Trolls, enanos, dríadas, vampiros o dragones luchan en ambos bandos y mueren junto a los humanos en trincheras enlodadas. Hechiceros y nigromantes ponen sus conocimientos de magia al servicio de los Gobiernos, de manera que cada nuevo conjuro, cada nueva bestia sobrenatural y cada nuevo objeto con propiedades místicas sirven para organizar una estrategia de guerra. Los viejos dioses asisten impotentes al salvajismo de los combates y llegan incluso a dar la espalda a la humanidad. Es un tiempo nuevo, del que solo sobrevivirán unos pocos, pero no enteros.
Arrowsmith fue solo una de las muchas joyas en la carrera de un autor inmortal. Desde los años ochenta, cuando realizaba portadas para Clásicos Marvel, Carlos Pacheco logró siempre aunar el favor del público y los reconocimientos académicos. En los noventa dio el salto al mercado estadounidense, donde ha dibujado las series de los principales superhéroes de Marvel y DC: The Flash, X–Men, Fantastic Four, Inhumans, Superman, Green Lantern o Captain America.
También creó, junto a Rafael Marín, Iberia Inc. y Tríada Vértice para Planeta DeAgostini. Ha sido coordinador del Seminario de Historietas de los cursos de verano de la Universidad de Cádiz. Ha obtenido los premios más significativos del sector e incluso la Medalla del Campo de Gibraltar, la Medalla de la Provincia de Cádiz, es hijo predilecto de San Roque y una avenida de la ciudad lleva su nombre, la que sirve de acceso desde la A–7, la Autovía del Mediterráneo.
Carlos Pacheco cumple hoy 59 años y aún le queda mucha guerra por dar. Curiosamente, nació el mismo mes y el mismo año en que debutaron los Cuatro Fantásticos, noviembre de 1961, una fecha que cambió la historia del cómic. Espero que él sea tan eterno como la Primera Familia y que su vida transcurra de una manera más pacífica.