Así empieza «Binti», una novela corta ganadora de los Premios Hugo y Nébula en 2016, y que ahora podemos leer en nuestro idioma. Binti Ekeopara Zuzu Bambu Kapka, de Namib, es una muchacha de dieciséis años de la tribu himba a la que han seleccionado para estudiar en Oomza Uni, el mayor centro de formación del cosmos, al que acuden los mejores individuos de cada planeta. A ella la eligieron por su gran habilidad con las matemáticas, entrenada en ello por su padre, un afamado fabricante de astrolabios.
La gracia de esta novela se encuentra precisamente en el contraste: la ambientación de esta historia de ciencia–ficción se encuentra, por primera vez, en el corazón pobre y modesto de África. La protagonista viene de una aldea himba y está orgullosa de sus orígenes, lleva la piel y el cabello cubiertos de la tierra roja de su hogar —llamada otjize—, se adorna los tobillos con aros metálicos y reza a las Siete Deidades. Podemos imaginar la presión que supone a esa joven una propuesta para abandonar su mundo y lanzarse a lo desconocido, a sabiendas de la impresión que eso causará en su pueblo. Ningún himba ha abandonado nunca su patria, y quien sueña con hacerlo está muy mal visto.
«Mis posibilidades de matrimonio habían sido del cien por cien y ahora se acababan de reducir a cero. Ningún hombre querría a una mujer que hubiera huido».
Pero además Binti sabe que su presencia en Oomza Uni despertará recelos, ya que la tribu de los himba y la de los khoush están enfrentadas desde hace mucho tiempo, y a los primeros solo les queda una pequeña región desértica junto a la orilla de un lago salado. ¿Qué puede esperar de un número infinito de especies de todo el universo, sino el desconocimiento hacia lo que ella considera sagrado?
Pero Binti, por encima de todo, es consciente de quién es y de lo mucho que desea estudiar, así que deja de lado sus miedos y los de quien la mire, y se lanza al espacio, en busca de la famosa universidad.
Lo siguiente es una trama de guerra interespecies y joven elegida para solucionarla que resulta bastante más típica del género de ciencia–ficción, pero que no molesta, porque la genialidad de esta historia es afrontar los tópicos desde un punto de vista novedoso —el de una muchacha himba en el espacio—, y para eso hay que mostrar los tópicos. Si no fuera por esos contrastes, ¿qué sentido tendría que un padre himba fabrique astrolabios en la era de los viajes por el cosmos?
Nnedi Okorafor nació en Cincinnati (Estados Unidos), pero su familia proviene de Nigeria, de la tribu igbo. Fue una tenista de éxito hasta que una operación por escoliosis la sacó del deporte profesional para siempre, y entonces se dedicó a escribir, para matar el tiempo mientras se recuperaba. Ahora es una de las escritoras más conocidas, tanto para público adulto como juvenil, y ha obtenido numerosos premios. Sus mayores alabanzas provienen del hecho de mezclar las tradiciones africanas más antiguas con la visión futurista de la literatura de ciencia–ficción.
Este año se han publicado «Binti» y «Binti: Hogar», y ya está anunciada para 2019 la traducción de la tercera parte de la historia.