Relatos como “Una historia bondage”, “El hombre fetichista” y “La solución” han cosechado un enorme éxito entre los lectores. A día de hoy compagina medicina, escritura y familia, inmersa en sus nuevos proyectos.
“Radiografía del deseo” muestra una literatura sin tapujos, con personajes completos, reales y definidos, con sus luces y sus sombras, pero sin necesidad de traumas infantiles o taras mentales para explicar su comportamiento en lo sexual. Es la primera parte de la serie «En cuerpo y alma», donde la pasión y el erotismo, junto a los grandes temas sobre la vida y el amor, se mezclan en un cóctel explosivo. Elegante, arriesgada, y divertida, «Radiografía del Deseo» no te dejará indiferente.
Sinopsis
Erik es un cardiocirujano noruego volcado en su trabajo; vive dedicado al hospital y no tiene tiempo, ni le interesan, las relaciones serias. Es duro y exigente consigo mismo, y espera lo mismo del resto de sus colegas. Inés es residente. Un espíritu libre que intenta equilibrar todas las facetas de su vida, segura de que cumplirá su proyecto de futuro al lado de un hombre que la ame. A pesar de las diferencias culturales, de temperamento y de los continuos enfrentamientos en un hospital competitivo de primer nivel, nace entre ellos una espiral de deseo irresistible contra la que no podrán luchar. El sexo lo inundará todo, pero ¿surgirá algo más?
¿Cuándo comenzaste a escribir e interesarte por la literatura erótica?
Escribo desde que me regalaron el primer diario con candadito en algún cumpleaños. Lo hacía para mí, de manera compulsiva, como una manera de catarsis, de liberación. Todo comenzó en un verano aburrido, con catorce años, en el que descubrí la colección de literatura erótica de la biblioteca de mi abuela. Me llevaba los tomos y los leía a escondidas, guardándolos bajo el colchón de mi cama. Por esa misma época, inspirada por las lecturas, comencé a escribir mis primeras historias eróticas. Más adelante, cansada de leer literatura romántica y erótica que me dejaba fría, que no dejaba de ser otra cosa que un manual de montaje con instrucciones o una deficiente lección de anatomía, me decidí a publicar abordando el género de una manera distinta. Explícita y elegante. Gráfica, pero sutil. Descriptiva, aunque a la vez críptica.
¿Qué se va a encontrar el lector al abordar tu obra?
Una literatura sin tapujos, con personajes completos, reales y definidos, con sus luces y sus sombras, pero sin necesidad de traumas infantiles o taras mentales para explicar su comportamiento en lo sexual. Contextos bien descritos, ambientados en muchas ciudades del mundo, desde Santiago de Chile hasta Oslo, desde Madrid hasta las islas Maldivas, que el viaje sea interesante para los personajes y sobre todo, para el lector. Trato el sexo y el erotismo como un personaje más, que desarrolla su propia historia, que evoluciona, crece o se apaga con su protagonismo propio. No es un medio, es un fin en sí mismo. En «Radiografía del deseo» no se van a encontrar escenas de sexo encadenadas sin sentido. Hay una tensión sexual creciente hasta que, como definió my bien una lectora, te encuentras ansiosa porque por fin los protagonistas acaben en la cama.
¿Cómo acometes el rol de la mujer y del hombre en la relación que mantienen tus protagonistas? Esto te lo pregunto por el papel que desempeña la mujer en según que libros del género erótico.
Me parece una pregunta muy interesante. La literatura erótica actual muestra unos roles muy descompensados, donde el hombre se muestra como una tabla de salvación: es el sostén económico, el proyecto de futuro, el gurú sexual y el centro de la vida de la mujer. Me irrita que las protagonistas femeninas no ofrezcan un contrapeso. En “Radiografía del deseo”, una de las cosas que definen a Inés es que equilibra con mucho cuidado todas las facetas de su vida, y no se la engatusa tan fácilmente. Es independiente, con sus propias inquietudes profesionales, y, desde luego, disfruta del sexo y no es una virgen sin experiencia. El protagonista masculino tiene muchas incompetencias emocionales, y dista mucho de ser perfecto, pero tiene otras cosas que lo hacen muy cercano y que muchas lectoras empaticen (y se enamoren) con él. Desde luego, son distintos a lo que te encuentras en otras novelas.
Siento interés en conocer qué opinión le merece a una escritora y lectora de literatura erótica, además de mujer de ciencia formada en sexología, el fenómeno “Cincuenta sombras de Grey”. ¿A qué crees que se debe su éxito de ventas?
No es ningún secreto que detrás de la famosa trilogía hay un impecable trabajo de marketing. Con esto ha conseguido algo positivo, como es poner sobre la mesa el tema de la sexualidad no convencional y que se haya perdido el tabú de esconder que se lee literatura erótica. Pero el problema viene cuando analizamos su contenido. Hablabas del papel de la mujer y del hombre en tu pregunta previa. Su protagonista femenina es una veinteañera virgen, recién graduada, sin prácticamente soporte familiar o de amigos, y con una vida sumamente plana. El masculino es el dueño de una gran empresa multinacional, millonario, con una amplia experiencia sexual y que la hace florecer de la nada. Ahí viene esa descompensación de la que hablábamos antes. Que cada uno disfrute de la lectura que quiera, pero yo no puedo empatizar con una mujer que se entrega a unas prácticas sexuales que no la atraen, solo porque su pareja le regala una BlackBerry, un portátil, un coche y pendientes de brillantes. Eso, para empezar.
Por otro lado, la autora justifica las preferencias sexuales del protagonista masculino, practicante de BDSM, con una serie de traumas infantiles y un abuso sexual, y eso entrega un pésimo mensaje. Las prácticas sexuales son competencia de cada uno y no necesitan justificación, se trata de una elección hecha en libertad y siempre consensuada con quien se comparta, y no precisa de excusas ni artificios que lo único que consiguen es estigmatizar y crear sentimientos de culpa en quienes puedan sentirse atraídos por aquello no convencional.
Y es un libro machista, hasta un punto que da verdadera urticaria: no solo el señor Grey ordena a su Ana que se inyecte anticonceptivos, sino que ella no ofrece ningún dilema moral ni intelectual a la hora de aceptar la propuesta. ¿Una cesárea programada porque se preocupa de que a ella y al niño les vaya a pasar algo en el parto? En una época donde se está luchando para que desaparezca la violencia obstétrica, me parece descabellado.
Podría diseccionarte los libros y hablarte horas. Tengo una entrada en el blog que habla del estado de la erótica, en la que profundizo un poco más, porque desde luego, da para una tesis doctoral. Para un estudio sociológico.
¿Con qué nos vas a sorprender en el futuro? ¿Ya está en marcha la segunda parte de la historia?
«Radiografía del deseo» es solo el inicio. “Diagnóstico del placer” es la continuación, y ya está en manos de mi correctora, Silvia Barbeito. Espero que salga antes de final de año. He firmado un contrato con una editorial muy potente en romántica y erótica, para otra novela que saldrá en el primer trimestre del año próximo, ¡pero no puedo decir nada por muchas ganas que tenga! Seguiré escribiendo relatos y artículos para LELO® y, por supuesto, en mi blog, e inicio un máster de sexología el próximo mes para seguir completando mi formación. Va a ser apasionante.
Estás haciendo una tournée por Galicia presentando tu libro, ¿dónde y cuándo serán las próximas convocatorias?
El próximo viernes 23 de septiembre, estaré firmando en la librería Cinania, en Pontevedra. Quien se pase por allí, a las 20:00 horas, podrá compartir un ratito de charlas y risas, junto a un vino y un picoteo, y podrá llevarse “Radiografía del deseo” dedicada. El 7 de octubre tendremos una merienda literaria con el club de lectura de la librería “Madame Bovary” en A Coruña, y vamos a destripar la novela. El 18 de Noviembre, en el centro de sexología “Con mucho gusto” de Santiago de Compostela, presentaré también la novela y habrá muchas y deliciosas sorpresas. Espero veros a todos allí.
Puedes seguir a la autora en su web: www.mimmikass.com
Twitter @Mimmi_Kass
y en Facebook @mimmikassescritora