Hoy en día la imagen del personaje de Tarzán está grabada a fuego en la conciencia de millones de personas, que hemos crecido con sus aventuras a través de distintos países y reinos perdidos. Sin embargo, nada de eso habría sido posible sin esta novela, que marcó las características generales del héroe mucho más que su predecesora y permitió arrancar una larga saga llena de aciertos y errores. Este pasado noviembre la editorial Costas de Carcosa ha publicado en España «El regreso de Tarzán». Hoy hablaremos de por qué es tan importante.
La historia del niño blanco criado por animales salvajes ya venía de antiguo. Rómulo y Remo o Mowgli, el protagonista de «El libro de la selva» (ya comentado en este misma sección cultural) constituyen buenos ejemplos de una leyenda tan antigua como la humanidad. Pero en 1912, un aficionado a las revistas pulp llamado Edgar Rice Burroughs modernizó por completo el mito y nos dio algo nuevo: una pareja de nobles británicos, los Greystoke, son abandonados en una costa desconocida de África Occidental, donde construyen una cabaña y procuran sobrevivir hasta que alguien acuda a socorrerlos.
Pero el tiempo pasa y la ayuda no llega. Con muchas dificultades, lady Greystoke da a luz a un niño en la selva, John, al que cuidan con ternura, pero ella termina por fallecer. Las bestias se lanzan sobre padre e hijo, en concreto una raza de grandes simios conocidos como los mangani, dotados de una inteligencia y una fuerza muy superiores a las de los monos corrientes. Kerchak, el líder de la manada, asesina a golpes a lord Greystoke y pretende hacer lo mismo con el niño, pero se interpone Kala, una de las simias, que acaba de perder a su cachorro y reclama aquel para criarlo como propio. A regañadientes, Kerchak acepta. Ha nacido la leyenda de Tarzán.
En octubre de 1912 apareció en la revista All–Story el serial titulado «Tarzán de los Monos», que dos años después se convertiría en un libro. El éxito fue inmediato. La sociedad americana respondió con entusiasmo a las aventuras del noble salvaje, heredero de las mejores tradiciones europeas y criado en la barbarie de la selva africana. Sus peleas con fieras, su descubrimiento del amor puro en la persona de la norteamericana Jane Porter, su educación con el teniente francés Paul D´Arnot y por fin el conocimiento sobre su verdadero origen. Sin embargo, «Tarzán de los Monos» tiene unas aspiraciones literarias poco habituales en otras narraciones pulp: realiza ejercicios de metaliteratura, combina diversas mitologías locales, expone metáforas sociales complejas y en resumen opone las sociedades supuestamente civilizadas con las primitivas para mostrar la crudeza de ambas. Burroughs afirmó en repetidas ocasiones que su decepción acerca del nivel de calidad de aquellas revistas había llegado a tanto que eso fue lo que más lo motivó para ponerse a escribir. En vista de lo que publicaban allí, pensó que él podría hacerlo bastante mejor. Y así fue.
Pero entonces llegó «El regreso de Tarzán». En 1913 aparecían publicados en la revista New Story Magazine los capítulos correspondientes a una nueva novela del personaje, pero que cambiaba en gran medida el curso de su historia: Burroughs había dejado de lado la experimentación y se lanzaba de cabeza a la aventura directa, sin florituras. Tarzán actuaba como espía francés en Argelia, como rey de los salvajes waziri, como explorador de las ruinas de la ciudad perdida de Opar y finalmente como hábil rescatador de su amada Jane, con la que se reencontraba. Rápida y en ocasiones inconexa, con las resoluciones inesperadas que llegarían a convertirse en marca del autor, «El regreso de Tarzán» es el paradigma sobre el que se construirían las siguientes aventuras del hombre mono: las civilizaciones recónditas, los malvados que pretendían saquearlas, el regreso a la jungla, las fieras, el peligro y el amor. Todo estaba aquí, mucho más que en la novela anterior, y aún habría de explotar más adelante.
Costas de Carcosa se ha propuesto reeditar en castellano la saga de más de veinte volúmenes de Tarzán, imposibles de encontrar hoy en día, y ya va por el segundo, con unos complementos exclusivos y una gran calidad. Todos hemos visto alguna vez al personaje en sus muchas apariciones en otros medios, pero sin duda el verdadero Tarzán es el que aparece en este libro.