Periodista, reportero, guionista de televisión, creativo publicitario y escritor galardonado con los principales premios nacionales e internacionales. Hoy cumple años uno de los autores más importantes de este país y lo celebramos hablando de su última obra.
«Se llama Daniel y tiene doce años. Es muy poco probable que llegue a cumplir los trece. Daniel querría gritar, pero el terror le ha sellado con un nudo la garganta. Está cayendo desde 2.500 metros de altura. A los doce segundos ha alcanzado la velocidad terminal: casi 200 kilómetros por hora. La tierra se aproxima vertiginosamente. Dentro de 25 segundos, Daniel se estrellará contra el suelo y morirá. 24… 23… 22… 21… 20… 19… 18…».
Así empieza la nueva novela de César Mallorquí, un nombre clave en la literatura en castellano. Para un escritor que ha obtenido ya el Premio Alberto Magno, el Domingo Santos, el Gigamesh, el Ignotus, el Gran Angular, el Pablo Rido, el Edebé de Literatura Juvenil, el UPC, el White Raven, el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, el Premio Nacional de Narrativa Cultura Viva, el Premio Cervantes Chico y además tiene el reconocimiento de que una de sus obras forme parte de la Lista de Honor del IBBY ⸺International Board on Books for Young People⸺, concretamente su novela La isla de Bowen, parecía difícil que lograra reinventarse. Pero, en 2021, Mallorquí ha publicado Dan Diesel: El misterio del Artefacto C, una obra de aventuras en la onda del llamado dieselpunk, un género retrofuturista que el autor no había probado nunca y que, de hecho, hasta el momento apenas se había cultivado en España.
Pero es que Mallorquí no solo se reinventa a sí mismo, sino también las propias normas de la novela, ya que Dan Diésel mezcla texto escrito con ilustraciones y páginas de cómic creadas por Pablo Broseta, un veterano dibujante muy en la línea de esta historia. En su página web, Broseta ha publicado los diseños de los principales personajes de la saga de Dan Diésel, de la que por ahora solo hemos visto el primer volumen.
Daniel, el niño que da nombre a la novela, tiene doce años y vive una existencia normal con su padre, Samuel Álvarez, en Senegüé, una pequeña localidad de unos cien habitantes en Huesca. Lo que él no se imagina es que realmente no nació allí, sino que su padre escogió ese lugar para ocultarse de unos peligrosos enemigos que lo estaban persiguiendo y que su familia proviene de un universo paralelo. Nació en Madrid, pero el Madrid de una realidad mucho más brillante, en la que hay trenes de alta velocidad que atraviesan las ciudades sobre monorraíles elevados, el cielo se muestra lleno de dirigibles y autogiros, los edificios son torres gigantescas y los ciudadanos de a pie cuentan con asistentes robot y mascotas dinosaurio. Tanto su padre como su tío Marc poseen unos poderes increíbles que utilizan para el bien común y su apellido no es Álvarez, sino Diésel. Androides asesinos, sociedades secretas, mochilas cohete y artefactos de inmenso poder completan una historia veloz como los vehículos de los protagonistas y que alimenta la imaginación de los lectores de cualquier edad.
En Dan Diésel no existen ⸺ni hay que buscarlas⸺ sesudas explicaciones científicas sobre la evolución de una sociedad que dispone de una tecnología semejante, ni aclaraciones sobre puntos Jonbar, ucronías, equilibrios de poder, geopolítica u otros conceptos que los lectores clásicos de ciencia–ficción adoran ⸺adoramos⸺ hasta límites enfermizos. Y viniendo de un escritor que ya ha transitado este género y domina todas esas ideas, ver cómo, en este caso, se desprende de ellas y se lanza a la acción resulta un placer absoluto. Esta novela es pura diversión sin complejos, es el sueño de cualquier chaval de doce años. Es la ilusión, el miedo y la incertidumbre de ver cómo el mundo que Daniel ha logrado construirse durante su vida se viene abajo por entero y ni siquiera la palabra mundo tiene sentido ya. Porque resulta que hay muchos mundos paralelos y su tío Marc puede saltar de uno a otro cuando le parece bien, y además hay traficantes de armas de otras realidades, piratas aéreos y héroes que pueden ver el futuro ⸺por lo menos unos segundos en el futuro⸺.
Mallorquí junta aquí todas las locuras de la ciencia–ficción clásica, incluyendo la ciudad perdida de Opar y una isla en la que sobrevivieron los dinosaurios, y crea una saga que promete diversión sin límites, sanas locuras supuestamente científicas ⸺de las que se dan las explicaciones justas para pasarlo bien⸺ y un héroe que no pidió serlo y al que todo esto le supera. Al menos de momento. Habrá que ver cómo evoluciona en las próximas entregas de la saga, que yo por lo menos no pienso perderme.
César Mallorquí es uno de los mayores creadores en castellano. Con unas treinta obras publicadas desde los años noventa, ha centrado su trabajo en la literatura infantil y juvenil, a la que ha aportado sueños y esperanzas. Sus protagonistas viven grandes aventuras inesperadas, conocen lugares remotos y se descubren a sí mismos. Es experto en el manejo del ritmo narrativo y difícilmente podrás soltar una de sus novelas sin terminarla. Es más, también ha publicado este mismo año un manual de escritura con el atractivo título de Esto no es un manual de escritura (pero se parece).
Hoy César Mallorquí cumple 68 años y parece que se encuentra en plena forma. Su nombre en la portada de una novela siempre es garantía de diversión y Dan Diésel constituye el ejemplo perfecto.