Comencemos con un clásico, ¿cuándo nace Fosfatina y porqué una editorial de cómics?
En septiembre de 2013 Andrés Magán y yo comenzamos a reunirnos para estudiar la posibilidad de sacar un cómic con Editorial Elvira, editorial en la que participo. A medida que el proceso avanzaba la idea de gestar una plataforma que aglutinase a todos esos autores que admiramos fue cogiendo más fuerza. El proyecto tal y como se desarrolla actualmente nació en febrero de 2014. Aparece Fosfatina como concepto y desde ese momento dirigimos todo el esfuerzo a perfilarlo.
Fosfatina es una editorial orientada al mundo gráfico, en todas sus vertientes. Básicamente porque nos apasiona. En cuanto al cómic, creemos que hay mucho por dar a conocer y mogollón de autores con unas miradas excepcionales que deberían tener un hueco. Tampoco nos ponemos barreras y a menudo pensamos en proyectos que aúnen otras disciplinas como la poésia, la literatura, el cine o la animación. Se trata de dar salida a aquello que admiramos.
La filosofía de la editorial es, juzgando por vuestro catálogo, muy clara: apostáis por lo autoral y por la experimentación. ¿Porqué embarcarse en un producto aparentemente más arriesgado?
Es algo en lo que no nos paramos demasiado. Apostamos por lo que verdaderamente nos gusta. Hay mucha pasión y confianza en ello, quizás eso nos lleve a obviar el riesgo.
Vuestra primera referencia es Griza Zono de Andrés Magán. Magán es un autor bien conocido en la escena alternativa viguesa, y como comentas, parte implicada en la creación d la editorial, ¿cómo surge vuestra sinergia?
Andrés y yo nos conocemos desde hace tiempo, ambos estuvimos viviendo fuera una temporada y coincidimos en Vigo al regresar. Admiro enormemente su trabajo y la oportunidad de trabajar en Elvira me dio algunas tablas para empezar a defenderme en los procesos editoriales. Nace la idea de editar un cómic, de editar un cómic de Andrés Magán. Le propuse esta aventura y aquí estamos.
Me gusta de este libro la evolución de Magán respecto a su obra previa, lo que yo conocía de Magán, al menos, puliendo un estilo desde un underground salvaje a algo más minimalista y estético.
Lo veo natural. En cualquier caso somos seres en constante crecimiento y a medida que pasa el tiempo, la percepción o los intereses evolucionan y de algún modo eso siempre queda reflejado en los proyectos que uno lleva a cabo.
El año pasado se celebró el «No tengo mamá», festival de autoedición que se desenvolvió en los márgenes exteriores del MARCO. Lo organizaba Seara Records. ¿cuál fue vuestra implicación en el proyecto?
Formo parte del colectivo Seara Records y además trabajo como gestor de eventos en Detrás Do Marco.
En agosto de 2013 organizamos junto a Detrás Do Marco y la Asociación de Comerciantes Zona Centro el Festival «Seara.mov», un festival para piezas audiovisuales de bajísimo presupuesto. Cortometrajes, videocreación y videoclips, acompañado de conciertos. Tuvo muy buena acogida y nos dejó muy buen sabor de boca.
En 2014 queríamos ampliar el espectro, conjugando «Seara.mov» con otras disciplinas artísticas y comenzamos a preparar «No tengo mamá». Teníamos claro que la autoedición y las artes plásticas tendrían una importancia capital en la organización del mismo y ,sumándolo a lo aprendido en 2013, tratamos de ejecutar el mejor evento con las herramientas que teníamos a nuestra disposición. La participación de Fosfatina estaba un poco en el aire, no sabíamos si podría estar todo a tiempo, además de que mi disponibilidad era reducida en ese momento (había bastantes frentes abiertos). Por suerte lo logramos, aunque con muchos sobresaltos por el camino.
Fue un evento que se enmarca en un paisaje general, de pequeños festivales de autoedición que florecen por toda España. Es un contexto en el que editoriales «de autor» y autores de fanzines y del «hazlo tú mismo» se encuentran, surgen sinergias, ¿os sentís, como editorial, parte de cierta escena?
Compartimos y comulgamos con los principios que de algún modo sirven de motor a ese movimiento. Participábamos de ello antes del arranque de la propia editorial y tratamos de que esa sea la tendencia. La proliferación de estos festivales es un regalo caído del cielo, permiten poner cara y corazón a aquellas personas con las que te vas relacionando a través de las redes. Oportunidades únicas para compartir ideas, mostrar tu trabajo, recibir feedback real y urdir nuevos proyectos.
Y tras el verano, sacáis una nueva obra, en un nuevo formato (comic-book), un «split», entre Magán y Berto Fojo: Infraluminosa / Laminada. Es un trabajo que también puede leerse en línea (http://issuu.com/fosfatina/docs/villaluminosa/1?e=15361237/11444233), y una apuesta particular de un curioso «dos por uno», ¿cómo surge la idea?.
Estamos muy influenciados por la música y todo lo que la rodea. La idea nace del álbum split, un disco compartido por dos o más grupos. Esta forma de publicación musical es muy usada para dar a conocer varios grupos con menos costes de producción y distribución. Nos gusta mucho ese concepto, el vinilo de 7″ o 12″ con un grupo en cada cara y lo que resulta de la suma de ambos. Lanzar una edición con este pretexto era algo que teníamos muy claro, porque nos seducía sobremanera. La oportunidad nace a través de Villa Luminosa la expo de Magán y Fojo que comisionó la galería Combustión Espontánea (Madrid). Venía como anillo al dedo, dos artistas que, con personalidades distintas, se complementan a la perfección. Había una misma temática, dos puntos de vista y un todo que era la suma de ambas partes. Contactamos con los autores y con Marta (Combustión Espontánea) y el proyecto fue adelante.
De momento trabajáis en cuanto a formatos en una doble línea (comic-book y pequeño libro con lomo), pero sois una editorial joven con pocas y cuidadas referencias ¿tantearéis más formatos, o incluso salir de la idea de formatos cerrados?
Esos formatos nos entusiasman y tenemos en mente continuarlos, pero nos atrae aún más la idea de probar otras opciones. En nada lanzamos una colección bimensual en formato A4 sin tapas. Cada proyecto es un mundo y exige formatos y técnicas de impresión distintas. Tenemos algunas ideas en ese sentido a medio plazo.
La última obra que ha sacado Fosfatina es Perlas del infierno, de Begoña García-Alén, una autora novel (proveniente del fanzinismo) que recibe una edición realmente cuidada. La forma es el fondo…
En la edición trabajamos codo con codo con el autor, yendo a favor de la obra. Nos gusta mucho experimentar con materiales y hay proyectos que se prestan mucho a ello. Editar un libro es una oportunidad única y especial. Entendemos el libro como un objeto que va más allá de su contenido. Su apariencia, su tacto, el modo que interactúas con él potencia aspectos de la lectura. Consideramos que esta era la edición apropiada para el trabajo de Begoña.
Las obras y trabajos de Begoña son bellísimos, es una autora con un bagaje cultural y artístico descomunal. La edición intenta ir a la zaga, acorde a ese carácter.
Es un trabajo que remite a la vanguardia pero sin perder pulso narrativo, que además no rompe en absoluto con las planificaciones de página más ortodoxa.
Efectivamente, en una de las últimas presentaciones Begoña menciona como un referente las tiras de «Nancy» de Ernie Bushmiller. El lenguaje está ahí y Begoña es muy hábil a la hora de conjugarlo.
Hablemos ahora de Vigo, donde además de fastos oficiales también hay una escena creativa, de la que evidentemente vosotros y vuestros autores forman una parte activa. ¿Fosfatina se siente así, como parte de una escena en la ciudad, o más como pioneros en un sector no muy habitual en Vigo como es el mundo del cómic profesional?
No nos sentimos pioneros en ningún aspecto, tenemos la suerte de darle continuidad a este proyecto y Vigo es una ciudad con un movimiento cultural muy potente. Si es cierto que gran parte de ese movimiento está al margen de las instituciones y por ello en ocasiones puede pasar más desapercibido. No estoy seguro de si formamos parte o no de esa escena. A nivel particular si es cierto que nuestro entorno está involucrado de un modo u otro en el panorama cultural de la ciudad.
Tenéis un proyecto, sacar una obra de Roberta Vázquez (colaboradora del fanzine Kovra), ¿pistas para los lectores de esta futura novedad?
Nuestra intención es publicarlo en abril, todo apunta a ello. La historia se centra en Havarti, Dardo y Gorras, tres patos. Su primera aparición fue en el fanzine «Cosmonauta Tropical» y actualmente hay una historia lista que se publicará en en próximo «Maiame», el fanzine de Zángano Cómix. Lo que está preparando para nosotros es el primer largo de Roberta y lo que hemos visto hasta ahora es una delicia.
¿Más pistas del futuro cercado de Fosfatina, alguna novedad que puedas anunciarnos?
Hacia mediados de marzo trataremos de lanzar una colección bimensual de monográficos impresos en RISO. Del primero se ha encargado Roberto Massó y el segundo lo lleva Pepa Prieto. Oscar Raña y Julia Huete trabajan en un SPLIT y Berto Fojo está preparando un largo que probablemente verá la luz poco antes del verano.
Pues gracias por todo, hemos acabado, así que si quieres añadir algo más, este es el momento.
Agradecer la confianza tan grande que los autores han depositado en nosotros y el mimo con el que la gente nos ha recibido. Estamos muy contentos con cómo están discurriendo las cosas y con unas ganas terribles de poder llevar a cabo todos los proyectos que tenemos en mente.
Perlas del infierno, de Begoña García-Alén.
12 €, de venta en el café «Detrás do Marco» (R. Londres, sn, 36202 Vigo -tras el Museo MARCO)
En ocasiones el cómic transita por caminos complejos. Hay autores que voluntariamente se alejan de los patrones más usuales del cómic y buscan formas nuevas. Tanteos para experimentar la resistencia de los muros contenedores del medio. Begoña Gacía-Alén practica con Perlas del infierno este juego de tensiones y resistencias con los modos habituales, crea una serie de cortos relatos visuales que coquetean con la narración abstracta: formas en evolución atravesando decorados irreales y mutantes, personajes perdidos en heladas cordilleras, primerísimos planos del caminar de una mujer, colores provocando juegos de tesis, antítesis y síntesis… No es la primera vez que la historieta se acerca a lo abstracto, ni mucho menos, así que Perlas del infierno adscribe a su autora en determinada tradición. Experimental, ajena a patrones comerciales, interesada en lo estético y el ritmo antes que en lo narrativo… pero tradición, al fin y al cabo. Entre cierta candidez y un mundo personal que remite tanto a los cuadros de Kandinsky como a los cómics del japonés Yuchi Yokoyama, García-Alén entrega un trabajo desafiante y lírico.