En ella, la joven Ágata McLeod se convierte en el elemento principal del desenlace de una antigua guerra entre dos facciones de brujas, con el trasfondo del Londres victoriano, los crímenes de Whitechapel, los experimentos de manipulación de cuerpos humanos mediante electricidad y las máquinas de vapor. Ágata es una inventora sorprendente, capaz de viajar en el interior de una tetera gigante con ruedas o de un tremendo velocípedo, e incluso de reparar las piernas destrozadas de la princesa del País de los Perros. Bueno, esto último no ella sola, sino con la ayuda de su amigo León, que es el que mejor domina esa disciplina. Ambos estudian en la Escuela de Artefactos y Oficios de Londres, bajo la dirección de la malvada Cornelia, pero a Ágata no le permiten alcanzar el grado de Genio, seguramente por su enfrentamiento personal con la directora. Claro, que Cornelia tiene mucho que ocultar sobre la historia de la protagonista, el destino de su familia y por qué tiene unos ojos mecánicos en forma de ruedas dentadas. Ágata pondrá todo su esfuerzo en salvar a su amigo, descubrir el secreto de su familia y encontrar su lugar en el mundo, aunque para eso tenga que recorrer ese mundo casi por entero.
Este sábado, «A balada dos unicornios» ha sido el tema de discusión del Club de los Bibliófagos, club de lectura de la Casa del Libro de Vigo, en este caso con la presencia de la propia autora, dispuesta siempre a participar en cuanta iniciativa se le propone. La ocasión ha permitido debatir con ella sobre personajes femeninos empoderados, barreras arquitéctonicas, relaciones amorosas en la literatura o qué significa la etiqueta «juvenil».
Ledicia Costas es una de las escritoras más activas y más galardonadas del actual panorama literario, con 14 novelas en el mercado y 19 años de carrera.
El Club de los Bibliófagos afronta su segundo año con muchísimas ganas. Sus reuniones se celebran el último sábado de cada mes en la Casa del Libro de Vigo.