Los vigueses pudieron despedirse del poeta Carlos Oroza en el velatorio que se instaló este lunes en la Casa da Cultura. Desde las diez de la mañana hasta aproximadamente las cinco y media de la tarde, con entrada por la Praza da Constitución, recibió el último adiós. Sus allegados, en contacto con el Concello de Vigo, decidieron que la Casa da Cultura era el lugar más indicado como último homenaje antes de su entierro.
Durante la mañana se recitaron versos del poeta y por la capilla ardiente pasaron amigos y allegados. También el alcalde, Abel Caballero, y la presidente de la Diputación, Carmel Silva, así como concejales de la Corporación viguesa acudieron a la Casa da Cultura para despedir al escritor.
Posteriormente, sobre las seis de la tarde, los restos mortales del escritor serán conducidos hasta Pereiró, donde recibirán sepultura en el cementerio civil. El poeta Carlos Oroza falleció la noche del sábado a los 92 años en el Hospital Álvaro Cunqueiro tras un empeoramiento de su salud. Residente en la ciudad desde hace años, el escritor nació en Viveiro en 1923.
El poeta de la luz residió durante muchos años en Madrid y en O Caurel (Lugo), donde convivió con la familia de Uxío Novoneyra. Entre sus obras se encuentra «Eléncar» (Tres Catorce Diecisiete, 1974); «Cabalum», (Ediciós do Castro, 1980), «Alicia», (1985); «Una porción de tierra gris del norte», (1996); «En el norte hay un mar que es más alto que el cielo», 1997; «La llama prestada», (1998), o «Un sentimiento ingrávido recorre el ambiente», (2006). En 2014, la editorial Elvira recopiló toda su obra con el título «Évame».
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