P. ¿Por qué más allá del psicoanálisis?
R. Todo lo que analiza la mente es psicoanálisis, aunque solo sea por motivos etimológicos. Freud fue el gran maestro y el gran iniciador, pero no fue un gran científico como pretendió porque dogmatizó sobre el modelo de ciencia que adoptó; para mí fue sobre todo un poeta mágico y un mitólogo de gran categoría que nos enseñó a mirar hacia adelante mirando hacia atrás, al contrario de los vulgares. Su praxis, de cualquier modo, es rígida, interminable y muy costosa.
¿Y sus primeros seguidores?
Tuvieron el mérito de darse cuenta de lo que acabo de responder, y en realidad fueron más filósofos que terapeutas, si es cabe hablar así.
¿Qué relación hay entre el psicoanálisis y la denominada “terapia existencial humanista”?
Por tener su origen en Estados Unidos y carecer de rigor reaccionó contra el psicoanálisis orientándolo hacia un antiautoritarismo y una carencia de normatividad que sirvió para los años sesenta, pero que en la actualidad –sobre todo en Latinoamérica e Iberoamérica–, apelando a la creatividad, se orienta cada vez más hacia el “todo vale”.
¿Conoce usted personalmente esta nueva terapia informal?
Soy un terapeuta que pasa seis meses al año en Latinoamérica y he escrito algún libro al respecto.
¿Qué le parece el coaching?
Una degradación de la terapia anterior que acabo de reseñar, gente sin titulación ni preparación y vividores dan a la sociedad lo que ésta demanda, entre el nihilismo y la posmodernidad.
¿Qué piensa usted de la autoayuda?
Es como querer salir de un pozo profundo tirándose de la propia coleta. Unos besitos, y a hacer footing.
¿Puede por fin decirnos en qué consiste la psicoterapia fenomenológica y comunitaria que usted postula?
Sus pilares básicos son tres: en primer lugar, somos realidades relacionales, es decir, yo-tú, yo-nosotros (influencia de Martin Buber); en segundo lugar, soy amado luego existo (influencia de Max Scheler) y, por último, me dueles luego eres importante para mí (influencia de Víktor Frankl), y todo ello haciendo hincapié en la recuperación de la dimensión social en la personal y a la inversa (influencia de Manuel Mounier).