Hace unos días se presentó ante el Ministerio de Cultura «El libro blanco del cómic”, una radiografía global del sector en la que se revelaba la existencia de más de trescientos editores de historieta en España, y un montante de 4.662 novedades editoriales al año. Y aquí estamos, inaugurando una propuesta que ante estas cifras tiene algo de boutade: señalar la novela gráfica del mes. El cómic imprescindible mensual.
Temo que la tarea es ardua y a la vez tramposa, o al menos inútil ya que donde hoy señalaremos un título, mañana podríamos señalar otro. Pero quizá al tiempo la alerta sobre un único título, uno y no más por mes, sirva para llamar la atención al lector curioso (este debe saber por tanto que hay más, muchos más cómics recomendables al mes). Y aceptando que todo es un juego, juguemos a seguir el criterio de quien firma estas líneas.
¿Qué es la novela gráfica?
Una película de animación que antes fue una novela gráfica (antes de la era de la novela gráfica). Como inauguramos, aclaremos por si es necesario, qué es la novela gráfica. Vamos a resolverlo raudo: cómic para lectores maduros, de impronta auroral, generalmente autoconclusivos y editados en lustroso formato libro (que las tapas sean cartoné o rústica carece de relevancia).
En nuestro país la novela gráfica triunfa desde que Paco Roca arrasó con Arrugas, en 2007. Pero bajo esas características se encuentran obras anteriores. Alguna, tan anterior que se señala, con toda justicia, como precedente o adelantada a su tiempo. «Cuando el viento sopla», de Raimond Briggs, es una de ellas. A más de uno puede sonarle la versión posterior de dibujos animados, con, añadamos, una exitosa canción interpretada por David Bowie.
Obra en castellano
Pero antes de ser una película, hoy de culto y revisable en Movistar + y en Filmin, Briggs creó en 1982 el cómic original. En España fue editado con bastante puntualidad, al año siguiente, por Debate. Descatalogado desde entonces, por fin volvemos a poder leer esta obra en castellano.
Editada por Blackie Books, cuenta con un prólogo de Paco Roca y con traducción de Rosa Montero (quien tradujo la edición de 1983, y se mantiene ahora). También se puede adquirir en gallego editado por Retranca (Cando soprano o vento, traducido por Alejandro Tobar), además.
Esta novela gráfica es un alegato antibelicista narrado con sensibilidad desde lo pequeño, desde lo cotidiano. Radiografía las sombras de la Guerra Fría y al tiempo un temor atemporal y universal: el miedo ante nuestra propia insensatez autodestructiva. En definitiva, plena vigencia y sí: novela gráfica del mes.