Hoy cumple años uno de los autores más conocidos a nivel internacional, tanto en el género histórico como en las novelas de suspense. Sus obras han sido publicadas en numerosos idiomas y adaptadas tanto al cine como a la televisión. Pero además, Ken Follett es un autor comprometido con diversas causas. El año pasado publicó «Notre–Dame», un ensayo histórico acerca de los distintos períodos de la famosa catedral y de la manera en que su destrucción le afectó de un modo muy profundo.
«La voz al otro lado del teléfono era insistente.
—Estoy en París —dijo—. ¡Enciende la televisión!
Yo estaba en casa, en la cocina, con Barbara, mi esposa. Acabábamos de terminar de cenar. No había bebido vino, afortunadamente. En aquel momento aún no lo sabía, pero iba a ser una noche muy larga».
De este modo tan personal comienza el nuevo libro de Ken Follett, «Notre–Dame», un ensayo histórico, pero también una obra acerca de los sentimientos que generan en nosotros las obras de arte.
Todo comenzó el 15 de abril de 2019, cuando lo que parece un descuido dio lugar al incendio más terrible que había sufrido nunca la catedral de Notre–Dame, en París. Las llamas se tragaron el tejado y la aguja de madera, con unos daños considerables en la estructura. Los bomberos de París actuaron de inmediato y lograron salvar la mayor parte de la catedral, incluyendo el tesoro y las reliquias que almacenaba. El fuego se prolongó durante horas, con un riesgo importante para otros edificios de alrededor y para muchas personas que se encontraban allí. De hecho, un bombero y dos policías resultaron heridos durante las labores de extinción. Solo de madrugada consiguieron finalmente apagar el incendio, mientras las imágenes daban la vuelta al mundo y se colaban en todos los hogares, también el de Ken Follett.
No tardaron mucho en contactar con él desde los principales medios de comunicación europeos y estadounidenses. Precisamente Follett es uno de los mayores y más conocidos expertos mundiales en la construcción de catedrales de origen medieval, a raíz de la publicación de su novela más exitosa, «Los pilares de la tierra». En ella, Follett describe el largo proceso por el que llegaba a edificarse una catedral durante la Edad Media y la forma en que esa labor implicaba y también redundaba en cada uno de los estamentos de la sociedad. La catedral se convertía en el centro económico y religioso de una población, con sus viajeros y peregrinos que acudían a verla. Pero además otorgaba prestigio frente a la corona, sobre todo al exponer reliquias sagradas.
Notre–Dame es posiblemente la catedral más famosa del mundo y la más reconocible. Su fachada y sus vidrieras han aparecido en incontables representaciones, sobre todo desde que las popularizó Víctor Hugo. Además, como dice Follett, las catedrales medievales constituyen el edificio más antiguo que aún se emplea con la misma finalidad para la que fue construido. Su imagen es verdaderamente intemporal y esconde tesoros de sabiduría que quedarán para siempre.
Sin embargo, Notre–Dame ardió en 2019 y su reconstrucción se volvió una de las cuestiones más peliagudas para el Gobierno de Francia. El coste que supondría recuperar las estructuras dañadas es muy difícil de calcular —entre otras cosas, porque nadie tiene muy claro cómo hacerlo—, pero se cree que podría ascender a cientos de millones de euros y requerir varias décadas. Muchas personalidades famosas quisieron donar su dinero y también iniciar programas para recaudar un poco más, con el fin de ayudar a sufragar el gasto. Ken Follett fue una de esas personalidades. Después de que contemplara por sí mismo el horror que había sucedido en Notre–Dame, su editor en Francia le pidió que escribiera un libro a beneficio de la reconstrucción de la catedral, que tanto había influido en su carrera. Follett, conocido activista de izquierdas y miembro del Partido Laborista, no lo dudó un momento.
«Notre–Dame» es un ensayo histórico acerca de diversos momentos clave de su larga vida, o más bien es una narración acerca de la simbiosis que existe entre la catedral y el pueblo de Francia, cómo uno se realimenta de la otra y cómo la arquitectura se transforma según los tiempos. En Notre–Dame se produjeron hechos tan significativos como la coronación de Napoleón como emperador de Francia o la beatificación de Juana de Arco, pero esos momentos no aparecen en el libro. Follett opta por reflejar —en poco más de setenta páginas— la construcción de la catedral tal y como la conocemos hoy en día, hacia 1260; la publicación de «Nuestra Señora de París», de Víctor Hugo, en 1831; la profunda renovación que experimentó el edificio a partir de 1842 por parte de Eugène Viollet–le–Duc; la primera misa que se celebró tras la liberación de la capital, en 1944, a la que asistió el propio Charles De Gaulle; y finalmente el día de 1989 en que él mismo puso fin a su novela más ambiciosa, más reputada y con más trascendencia de toda su carrera, igual que otros muchos autores se vieron influenciados de una manera determinante por el misterio que encierran las catedrales.
Hoy en día estos edificios siguen marcando la fisonomía de las principales ciudades europeas, como símbolo de la universalidad a la que aspiraban sus constructores. Tardaban décadas e incluso siglos en erigir algo parecido, las tareas pasaban de generación en generación y con frecuencia los estilos o los conocimientos cambiaban a mitad de obra. Pero consiguieron perdurar y ser más longevas que ellos mismos, como ejemplo de la vieja aspiración de la humanidad por vivir para siempre. Movidos por una inmensa fe en sí mismos y una espiritualidad poderosa, construyeron obras que resistirían el paso de los siglos y transmitirían su mensaje, pero que también podían arder y consumirse en determinadas ocasiones.
Para construir una catedral hacía falta la colaboración de la sociedad entera y para reconstruirla también. La actual situación de pandemia ha hecho que relativicemos todo lo que creíamos importante hasta ahora, pero no está de más recordar que, en el mes de abril de 2019, hubo un escritor especializado en la historia de las catedrales que creyó importante escribir un libro para ayudar a reconstruir una que se había quemado.