Los profesores Antonio Rial, de la Universidade da Coruña, y Manuel Isorna, de la Universidade de Vigo, han presentado el “primer manual serio” para tener una “visión global” sobre el “problemón” de la sumisión química.
En la sede del colegio de psicólogos de Galicia, Rial ha advertido del “desconocimiento” y la “confusión” que existe sobre este asunto, en paralelo a “la dimensión” que tiene y por ello la “alarma” que genera.
Todos estos son algunos de los motivos por los que Rial e Isorna trabajaron en la coordinación de esta obra coral en la que varios autores abordan este fenómeno desde distintos puntos de vista, con el objetivo de dar información, entre otros, a los encargados de adoptar políticas en este ámbito.
El libro lleva por título ‘Sumisión química y uso de sustancias psicoactivas en las agresiones sexuales. Prevención, detección e intervención de un problema multidisciplinar’.
Según ha señalado Rial, pese a las “carencias” en la cuantificación, se calcula que en el 80% de los casos el alcohol es la sustancia consumida, y lo es “de forma compartida y consentida”.
“Es de entender que -por ello– no se denuncia ni la mitad ni la cuarta parte”, ha lamentado, antes de señalar que el consumo consentido de alcohol lleva a la idea de la “vulnerabilidad química”, pero también a la “autoculpabilización”, porque no hay consumo “inconsciente”.
Con el ánimo de “contribuir a poner solución a un problema sociosanitario emergente y realmente brutal”, un “problema silente que están sufriendo miles de víctimas en España año tras año y en Galicia también”, este profesor ha constatado que “aumentan las denuncias” pero “solo se denuncia un 10-20% y sigue quedando el 80-90% de la casuística”.
Por “responsabilidad con las víctimas”, que, de acuerdo con los números que manejan estos profesores, en un 90% son mujeres, Isorna “tuvo la idea de hacer un curso de verano en la Universidade de Vigo y a partir de ahí” surgió “la oportunidad de invitar a los mejores expertos, para que escribiesen un capitulo muy claro desde el mayor rigor”.
De ahí este “primer manual serio, riguroso con un enfoque multidisciplinar”, que busca “contribuir a disponer de un conocimiento más serio y riguroso” sobre esta temática.
La finalidad que persiguen es “ser capaces de aportar claves, pautas y herramientas para que los profesionales -también los psicólogos- respondan mejor a esta situación de emergencia sociosanitaria clara”.
La idea es también que “las víctimas puedan tener una buena acogida y denunciar”, así como lograr “que se hagan las periciales oportunas” para determinar si es, por ejemplo, un caso de sumisión o vulnerabilidad.
A mayores, lo que se trata es de “ser capaces de poner freno desde el punto de vista preventivo”, y “ahí entra el elemento educativo”.
Rial ha apostado por situarse “lejos de ideologías” y ha visto “torpe” el “anclarse” en un debate sobre si lo que aumentan son las denuncias y no los hechos denunciados. “No se trata de buscar culpables, sino de reconocer que hay un problema muy grave”, ha incidido.
En este sentido, ha denunciado que “cada vez son más menores” los involucrados en estas circunstancias, con “conductas graves en grupo”. Configura “un reto para todos”, ha remarcado.
Once capítulos
Por su parte, Manuel Isorna ha ido explicando uno por uno los 11 capítulos del libro, que “aglutina” información hasta ahora “desperdigada”.
El primero lo aborda desde el enfoque del derecho penal, en referencia a la conocida como ley del ‘solo sí es sí’, que “no puede con todo esto”.
El segundo, desde la óptica del ocio nocturno, lamenta que hasta ahora “casi estaba normativizado” que por la noche se den “roces” o actitudes ofensivas, porque “tú te lo has buscado” y “algo habrás hecho”.
El tercero analiza el ámbito de las redes sociales de este fenómeno mundial, que empezó a examinarse a raíz de un caso famoso que recoge el capítulo cuarto.
El quinto capítulo se adentra en las sustancias, que han de tener “tres características: que genere amnesia, que haga efecto en pocas dosis y que no sea identificable”, como los pinchazos. En este punto, este profesor ha afirmado que la burundanga es “de las sustancias que menos aparecen”.
La obra aborda los “valores machistas” que concurren en estas situaciones, ya que “tiene que haber una cosificación de la mujer”, pero también “tiene que haber un contexto” y “tiene que haber la oportunidad”.
En sexto lugar, estudia el perfil de agresores y víctimas, y llama la atención sobre que los primeros no tienen por qué ser desconocidos para los segundos.
También avisa de “lo difícil que es para el personal de urgencias detectar lo que está pasando”, ya que las víctimas “llegan aturdidas” y “las van dejando de lado” cuando “esas horas son muchas veces determinantes para saber si hay droga o no en sangre”.
Y es que el libro también está hecho con el ánimo de “sensibilizar a los profesionales de la importancia de tomar muestras con rapidez”.
Un séptimo capítulo lo escriben dos guardias civiles “que plantean cómo recoger las muestras o evidencias de que esta víctima sufrió sumisión química”.
En el octavo, un catedrático de medicina legal examina sentencias de violaciones grupales y el peso que en ellas tienen factores como la pornografía. Son, alerta, “algo exponencial” y un “fenómeno que viene para quedarse”.
En el noveno, dos médicos de urgencias explican cómo abordan estos casos y en el décimo se analiza el papel del laboratorio, sobre la recogida de muestras y “falsos positivos y falsos negativos, a veces por mezcla de drogas o por una cuestión hormonal”.
El último capítulo, el 11, es en el que un forense plantea cómo trabajar con la víctima en relación a cuestiones como “el peligro de revictimizar a las personas”.
“Un problemón que va en ascenso””
En la presentación, la decana del colegio oficial de psicólogos de Galicia, Rosa Álvarez, ha considerado que “se está a tiempo” de trabajar en la prevención, con medidas como la incorporación de psicólogos a centros escolares, y ha urgido a hacerlo ante “un problemón que va en ascenso”.
“Los profesionales tenemos que centrarnos y apostar por atajar estos problemas y también desde lo institucional”, ha dicho. En este sentido, ha opinado que este libro “va a ser muy útil a la sociedad” y “no se puede desviar la mirada”.