La leyenda del niño blanco criado por bestias y luego recuperado para la civilización tiene grandes ejemplos a lo largo de la Historia de la Literatura: «El libro de la selva», de Rudyard Kipling; «Tarzán», de Edgar Rice Burroughs; «Orzowei», de Alberto Manzi; o «Ka–Zar», de Stan Lee y Jack Kirby. En los años 70, Carrillo, uno de los principales ilustradores españoles del momento, propuso a Editorial Bruguera la creación de un cómic de aventuras exóticas con guion y dibujo propios, que rendiría homenaje a esas creaciones clásicas y de paso encauzaría su amor ilimitado por el género: por Hal Foster, Alex Raymond, Emilio Freixas, Burne Hogarth, Robert Louis Stevenson, Joseph Conrad, Emilio Salgari, Karl May, Henry Rider Haggard o sir Arthur Conan Doyle.
«Gora Gopal» es la perfecta definición del cómic de aventuras: Tom, un niño blanco, hijo del cazador profesional John Russell Colvin, se pierde en la selva de Bengala a causa de un accidente con uno de los elefantes de la expedición y solo consigue salvar la vida gracias a las artes curativas del gurú Chandenagor. Él lo cría durante años en pleno corazón de la jungla y le enseña a amar a los animales y a actuar como un hermano de la naturaleza, respetándola y también protegiéndola de los cazadores desaprensivos o de los malignos thugs, asesinos rituales que adoran a la diosa Kali.
En «Gora Gopal» aparecen todos los elementos necesarios para disfrutar de la lectura: parajes remotos, templos en ruinas ocultos en la selva, animales salvajes, peligros constantes, héroes valerosos, villanos de una crueldad extrema y un mensaje pacifista y ecologista que es tan aplicable hoy en día como entonces. El muchacho blanco crece defendiendo esos nobles ideales que le inculca el gurú y recorre la jungla enfrentándose a asesinos misteriosos, reinas caprichosas y fieras terribles, sin perder nunca la sonrisa.
Antonio Pérez–García y Carrillo, que firmaba sus obras como Carrillo, fue uno de los prolíficos dibujantes de la Editorial Bruguera, pero no solo se dedicó a eso. Desde los años 50 a los 90 realizó grandes historietas, como «El Capitán Pantera», «Aventuras del FBI», «Doc Foran, el africano», «Isla loca», «Mares de China», «Capitán Taoro» o «Los mercenarios». También fue autor de obras teóricas: «Aprende a dibujar comics», «El dibujo de humor es cosa seria» y «Cómo dibujar chicas». Además, fue uno de los pioneros en la lucha por la mejora de las condiciones laborales de su gremio y por el reconocimiento de los derechos de autor. Su obra más conocida y con más trascendencia fue «Gora Gopal», que llegó a casi veinte países, incluyendo la propia India, en la que transcurrían sus historias.
Carrillo nació en Málaga en 1931, pero vivió en Valencia, Madrid y, durante mucho tiempo, Barcelona. Él mismo contó en diversas ocasiones las penalidades económicas y legales que pasaban en aquellos tiempos los autores de cómic, pero también la amistad, el compañerismo y la ilusión con la que producían páginas maravillosas —que, en muchas ocasiones, no volverían a ver—. Falleció en 2015, pero dejó tras de sí su legado de historietas realistas, héroes guapos y osados, mujeres bellísimas y ambientaciones exóticas. Transmitió siempre su amor por el medio y por el intento de evasión como motor de la historieta. ¿Y puede haber algo mejor, sobre todo para una lectura de verano?