Conde ha sido siempre un autor comprometido con su época, y además un gran conversador, por lo que las dos presentaciones que celebró esta semana en Galicia se convirtieron en charlas entre amigos, donde debatir acerca del estado actual de la literatura, anécdotas de escritores famosos, su contribución a la política e incluso sus malas experiencias.
Él es una personalidad de esas que hoy en día quizá no se estilan: un intelectual implicado, que acompaña sus opiniones de historias brillantes —a veces entrañables, a veces tristes, a veces macabras— y tiene una perspectiva honesta y sosegada, en plena era de la crispación. Es un gusto hablar con Alfredo Conde, pero más aún escucharle.
Los relatos que ahora aparecen en «La secuela y otros cuentos del carajo» habían sido publicados con anterioridad en diversas revistas literarias, pero es la primera vez que se juntan en libro. Una secuela de «El extraño caso del doctor Jekyll y míster Hyde», una relación amorosa que no acaba bien, una broma macabra, una visión muy propia de la ciudad de Pontevedra o un curioso viaje a Cuba se reúnen en un volumen cuya portada ya es bastante explicativa: el cuadro «Masturbación», del expresionista austriaco Egon Schiele.
Quien conozca el ocurrente humor de Alfredo Conde, ya presente en obras anteriores, sabrá a lo que me refiero, y quedará muy satisfecho con este nuevo libro.