Vigo vivió una noche mágica y llena de emociones con el concierto de Aitana en el Auditorio de Castrelos. Desde el anuncio del evento, la expectación había sido máxima, y no era para menos, pues la estrella catalana llegaba tras triunfar en el Arenal Sound y se presentaba como el evento más multitudinario del verano en la ciudad.
Diez horas antes del inicio del concierto, la zona gratuita ya estaba abarrotada. La espera valió la pena, ya que Aitana ofreció un espectáculo calificado por sus fans como inolvidable. Esta era su segunda visita al Auditorio de Castrelos, la primera fue en 2018 cuando compartió escenario con Ana Guerra, Cepeda, Miriam y Roi. Esta vez, sin embargo, Aitana se presentaba en esta ocasión como la reina indiscutible del escenario, consolidada como una estrella internacional.
Emoción desde los primeros temas
El concierto comenzó con la energía vibrante de ‘Los Ángeles’, seguida de ‘2 Extraños’ y ‘Berlín’. Aitana no solo cantaba, sino que también compartía con el público su emoción por ser el último concierto de la gira. «Estoy muy emocionada porque es el último concierto de la gira y sé que terminaré llorando, pero llorar no es malo, porque no puede ser malo expresar lo que uno siente», confesó la artista.
La energía continuó con canciones como ‘Dararí’, ‘AQYNE’ o ‘En el coche’, manteniendo al público en un constante estado de euforia. Pero fue con la llegada de temas como ‘Mon Amour’ y ‘Miamor’, cuando Castrelos se convirtió en una gran pista de baile donde Aitana demostró sus habilidades como bailarina, desatando el ardor entre los asistentes.
En un momento de calma, Aitana interpretó ‘Hermosa Casualidad’, un tema que comparte con el vigués Sen Senra. Aunque su ausencia se hizo notar, el sentimiento de la canción llenó el auditorio. Hubiera sido una hermosa ocasión para ver a ambos artistas juntos en el escenario, especialmente considerando que ambos formaron parte del cartel de los conciertos de verano de Vigo.
Para-siempre
La interacción con el público fue constante y emocional. Sentada en una escalera que la acercaba a sus fans, Aitana compartió un mensaje de esperanza y permanencia. «No permitáis que os digan que las cosas no son para siempre. Hay cosas para siempre y debemos luchar por esos para-siempre. La familia es para siempre, vosotros sois para siempre», dijo antes de interpretar «Akureiri».
El clímax de la noche llegó con los temas ‘Las Babys’ y ‘Formentera’, con los que cerró el concierto. Estos últimos minutos fueron un torbellino de emociones, con Aitana entregándose por completo al público, que no dejaba de corear cada palabra. La artista estuvo acompañada de un inmenso coro de voces durante toda la hora y media de concierto, demostrando el profundo vínculo con sus seguidores y reafirmando su posición como reina del pop estatal.
Un concierto en la cúspide
No se puede pasar por alto el trabajo impecable de sus bailarines, quienes complementaron cada actuación con coreografías que añadieron dinamismo y color al espectáculo. En definitiva, Aitana demostró que su evolución como artista la ha llevado a nuevos niveles de excelencia, dejando a Vigo con una noche que difícilmente será olvidada.
La presentación de Aitana en Vigo no solo consolidó su posición como una de las artistas más coreadas y seguidas de la escena musical actual, sino que también dejó una huella imborrable en la memoria de sus fans, llegados desde todos los puntos de España. Su capacidad para conectar con su público, transmitir emociones y mantener una energía vibrante durante todo el concierto demostró que Aitana está en la cúspide de su carrera. Vigo despide a la artista con la certeza de haber sido parte de una noche histórica, una celebración la pasión y conexión que define a Aitana. Sin duda, su paso por el Auditorio de Castrelos será recordado como uno de los momentos más destacados del verano.