Feliz por volver a Galicia y contento por poder saltar a los escenarios, pese a las condiciones actuales derivadas de la pandemia. «La otra opción es no celebrar nada». Alejo Stivel (Argentina, 1959) llegará este sábado (21:00 horas) al Pazo de Urzaiz de Nigrán, dentro del cartel del nuevo festival EspazoFest. Ya estuvo el verano de 2020 en la terraza del Auditorio Mar de Vigo, pero en esta ocasión actuará con la gira de despedida del mítico grupo Tequila. Sin ningún tipo de tristeza ni morriña por cerrar este ciclo, Alejo avisa a los espectadores para que vayan preparados. «Antes que nada les diría que vengan con ropa muy cómoda (ríe), casi, casi como si fueran a hacer deporte», ríe durante su entrevista con VIGOÉ. Todavía hay entradas disponibles en la plataforma Teuticket.
-De nuevo en Galicia, ¿qué tiene esta tierra que le atrae tanto?
-Principalmente la gente, un carácter, una manera de ser con la que no me cuesta nada conectar. Me crié en la ciudad que tiene más gallegos de todo el mundo. No soy descendiente de gallegos, pero todos los argentinos somos un poco gallegos. Han marcado la manera de ser de allí, tanto la cultura, como la idiosincrasia, como las comidas… Si te fijas, la nostalgia y la morriña gallega está en el tango también. Me encanta la gente, por supuesto el paisaje, es el lugar maravilloso, y después, vamos a terminar con los mariscos, que soy totalmente adicto. Ya estoy pensado a qué restaurante voy a ir el primer día, el segundo, la noche, al mediodía…
-¿Cuál es el marisco que más le gusta?
-Todo, todo, no me privo de nada, me gustan los moluscos… me gusta todo (risas).
-Es decir, su combinación perfecta es empezar con marisco y acabar con un asado.
– Sí, sí. Tengo que controlarme porque alguna vez me he pegado una panzada que al salir a tocar iba imposibilitado para moverme. O me controlo o como después del show.
-Supongo que coincidirá en que también en Galicia encontrará esa empatía que siente el público por esa parte nuestra que se ha ido y emigrado a Argentina.
-Siempre que toco en Galicia pido que levante la mano el que tenga familia en Argentina, y responde la mitad del público. Es increíble. Y curioso, porque han pasado muchos años desde la emigración, pero fue tan grande, que se conserva. En Buenos Aires hay más gallegos que en cualquier ciudad de Galicia. De hecho, en las elecciones deciden allí un diputado. Hay referencias constantes. El Centro Gallego es más grande que cualquier ministerio de Madrid. La comunidad gallega ha sido muy importante.
– ¿Qué podrá escuchar el público el próximo sábado en Nigrán?
-Lo que vamos a dar, lo digo con un poco de ironía, no es ninguna sorpresa. Va ser exactamente lo que la gente quiere de nosotros. Montar una gran fiesta de rock&roll y pasarlo bien. Bailar, bueno, bailar no se va a poder en esta ocasión, pero bailar en la silla. Ya nos hemos convertido en expertos en bailar sentados, ya no es bailar pegados, como la canción (ríe). Y saltar sentados, pero uno también se puede emocionar y sentir. La propuesta de Tequila es esa, pasar un rato donde nos olvidemos de todos los marrones diarios y hacer un paréntesis entre todas las complicaciones que hay para escaparnos un poco del mal rollo.
-¿Es muy complicado conectar con un público sentado y con mascarilla?
-Claro. Es muy diferente en cada artista. Por ejemplo, acabo de sacarme entradas para ver en concierto a James Taylor. No lo quiero ver de pie, quiero estar sentado cómodamente. Hay muchos artistas que se disfrutan más sentados. En nuestro caso, no solo es estar de pie, sino que el público es parte del show, un miembro más de la banda. Entonces, es una comunión en la que todos estamos a tope. Evidentemente, sentado, con distancia… bueno, no es lo mismo. Pero es mejor que nada, es lo que hay, pasar la situación y disfrutar lo que se pueda con lo que hay. La otra opción es no celebrar nada.
-Parece que por fin, dentro de poco, podremos acudir de nuevo a un concierto como antes. ¿Se ha hecho eterno este año y medio?
-Sí, confío, ahora hay poca gravedad en los contagios, muchos vacunados. Creo que en septiembre estará vacunada la mayoría de la gente, vivimos en un país de gente sensata, hay pocos dementes antivacunas como en otros países. Algunos lamentablemente son famosos, tienen predicamento y logran convencer a otra gente sin información.
-¿Cuál es el secreto para qué un tema siga en la cabeza del público 40 años después, siga sonando esa letra y ese estribillo?
-Si supiese ese secreto ahora estaría hablando desde la nave espacial con Jeff Bezos en la estratosfera y me hubiese sacado un billete (ríe). Evidentemente no hay ningún secreto, mucho, mucho trabajo, no parar de trabajar, porque te gusta, si no te gusta no trabajes de esa cosa, búscate otra. Es un trabajo que no tienes que hacer pensando en el éxito y el dinero, no es eso lo que te va a hacer que te vaya bien. Lo necesario para que las canciones perduren es que le pongas dedicación, cariño, amor y obviamente tener inspiración. Pero como decía Picasso: “Que la inspiración te coja trabajando”.
– ¿Le da pena, tristeza, nostalgia… cerrar este ciclo de Tequila, cómo define esta etapa?
-No, porque la nostalgia, como decía Simone de Beauvoier ya no es lo que era. Tequila ya se había separado, no es que estuviésemos juntos durante 45 años y ahora nos separemos, ya lo habíamos hecho. Ya tuvimos la nostalgia, estuvimos separados 20 años. Ahora estamos haciendo la despedida que no hicimos nunca y la verdad es más que nada con alegría, con diversión y con festejo.
-Y una vez diga el último adiós de Tequila en el concierto Madrid, ¿cuáles son los planes?
-Sí, el 25 de noviembre en el Wizik Center será el último concierto de Tequila, le llamamos “La última fiesta”. Va a ser muy especial. Luego voy a continuar con mis conciertos como solista, algunos con banda, otros en acústico, también en Galicia. Voy a estar un día en el Náutico (San Vicente do Mar), pero Miguel (De la Cierva) no me deja decir el día porque se supone que es una sorpresa.
-¿Tiene imán el Náutico?
-Tiene magia. Y Miguel sabe cuidar todos los detalles, no solo el lugar, sino que él es el artífice de que se cree esa magia. Me gustaría que lo pusieras, para que se sienta reconocido. Y luego tengo algunos otros conciertos pequeñitos, íntimos, que voy con el guitarrista Julián Kanevsky. Hacemos un show donde hablo un poco más, canto en tono intimista, está resultando muy bien. Y también estoy realizando cursos en una plataforma que se llama Domestika. Ofrecen cursos de dibujo, pintura, programación… Yo doy producción musical, se puede acceder y comprar, es muy barato. Por ejemplo desgrano la canción que hice para Sabina “500 días y 500 noches” y la muestro por pistas, voz, percusión, bajo… Muestro cómo fui armando la canción. Está gustando mucho y a mí me gusta, se me da bien la pedagogía, así que lo recomiendo, no solo para gente con inquietudes de producción musical, sino también a los amantes de la música para ver qué hay detrás de una grabación, la curiosidad de un fan de la música y, ya no digamos, si es fan de Sabina.
– ¿Con qué actitud debe ir el público el próximo sábado la Pazo de Urzaiz?
-Antes que nada con ropa muy cómoda (ríe), casi, casi como si fueran a hacer deporte. Porque aunque no les dejen levantarse de la silla, deben ir con una actitud de que vale la pena vivir, de que a pesar de todos los marrones y desgracias, hay vida y esperanza, vamos a montar una gran fiesta para pasárnoslo bien. La lección que hemos tomado es que vamos a vivir el presente y es lo que vamos a hacer el sábado.