La pandemia fue una tragedia mundial, pero a personas como Ara Malikian (Beirut, 1968) les ayudó a poner algo de pausa en su vida. Su ritmo frenético de conciertos se vio frenado en seco y, en ese momento, apareció el hombre más familiar. Y, sobre todo, el padre que profundiza en el universo de su hijo. Como el arte se lleva en la sangre, el violinista nacido en Líbano y afincado en Madrid sacó provecho creativo del confinamiento. Entre marzo de 2020 y octubre de 2021 ha sacado un disco y ha dejado otro casi listo gracias a la inspiración que le infundió su niño. Entretanto, repesca las fechas perdidas por las restricciones para seguir presentando ‘Royal Garage’, álbum prepandémico. Y, si puede, cierra algunas nuevas. Es el caso de Vigo, donde actuará el próximo miércoles casi por sorpresa. Aprovechando la reprogramación de su concierto en A Coruña, se trasladará unos kilómetros al sur para recalar en el teatro García Barbón. Allí recuperará, en cierto modo, aquella cita cancelada en Castrelos en 2019.
Al fin va a actuar en Vigo después de aquella cancelación de 2019, tras caerse al bajar de un avión.
Sí, para mí era un drama. Primero, por la caída en sí. Me rompí el rotador del hombro y no podía moverlo. Y, segundo, porque me hacía mucha ilusión tocar en Vigo. Pero al final salió todo bien. El hombro ya está en su sitio, funciona de maravilla y podemos ir a Vigo para disfrutar del público.
¿Se pudo recuperar completamente o le quedó alguna secuela? Se lo pregunto porque el hombro es vital para un violinista.
Cierto, la verdad es que yo tenía mucho miedo. Pero hubo suerte. Me operó un gran médico y empecé la rehabilitación al día siguiente de la intervención. No dejé de tocar el violín ni un solo día, aunque de forma muy limitada al principio. La recuperación fue rápida, en menos de tres meses ya me pude subir de nuevo a los escenarios y ahora si me preguntas qué hombro era el lastimado tengo que pensarlo. Está completamente recuperado, sano y fuerte.
¿Genera más ganas actuar en un lugar donde tuvo que cancelar un concierto?
Sí. A ver, las ganas están siempre. Pero cuando has tenido que cancelar un concierto, como pasó con Vigo, obviamente actuar supone una motivación añadida. Me siento muy afortunado y siempre que subo al escenario estoy lleno de emoción y todavía me pongo nervioso. Eso es importante para no entrar en la rutina. Aún me emociono a pesar de llevar más de 40 años en los escenarios.
¿Cómo surgió la posibilidad de tocar en Vigo? Ha sido todo muy repentino. Entre el anuncio y la fecha del concierto apenas hay una semana de margen.
Fue anunciado esta semana pero la verdad es que ya estaba previsto desde hace tiempo. Hasta donde yo sé, en Galicia todavía había muchas restricciones de aforo y no podíamos venir. Pero las fechas estaban reservadas y había gira prevista, teníamos un concierto en A Coruña que se pospuso varias veces. Estaba todo muy complicado pero al final los productores han decidido ir adelante. Se han mejorado los aforos y nos hemos lanzado. Anunciar un concierto tan pocos días antes es muy arriesgado para llenar la sala.
«Cuando piso el escenario pierdo la noción de dónde estoy y del día que es; solo existe la energía del público»
Y en doble sesión…
Sí. Como los aforos están limitados, hacemos dos sesiones.
Eso lo están haciendo muchos artistas.
Nosotros lo hemos hecho así prácticamente durante un año. Desde julio del año pasado los aforos están minúsculos y hacemos doblete. Incluso una vez hicimos triplete: uno por la mañana y dos por la tarde.
¿Qué podemos esperar de esos dos conciertos en Vigo?
El proyecto que estamos girando ahora. Siempre en la misma línea de mis conciertos. Con temas nuevos, propios, clásicos y modernos. Un viaje a través de muchos países, culturas, épocas y estilos musicales.
¿Ha podido recuperar todas las fechas aplazadas por la pandemia? Como decía, algunas incluso han sido pospuestas dos veces.
Sí, un ejemplo ha sido la gira de Galicia. Llevamos posponiendo conciertos casi dos años. La gira se iba a hacer justo en marzo de 2020. Luego se aplazó octubre del año pasado, luego marzo, luego abril… Hemos aprendido a vivir el día a día. Ahora estoy feliz porque se confirmó Galicia y podremos disfrutar de esa tierra maravillosa.
¿Dónde le sorprendió el confinamiento? ¿Cómo vivió esos días previos?
El principio del confinamiento me pilló en Argentina trabajando y volví justo a tiempo para estar en casa con mi familia. Dentro de toda la tragedia y pesadilla que hemos vivido, para mí fue muy bonito pasar de una media de 155 conciertos al año –con trenes, aviones y carreteras todos los días- a volver a casa y estar con mi familia, con mi hijo y entrar en su mundo. Tenemos que aprender algo de esta situación para que en el futuro no cometamos los mismos errores y cuidemos más nuestro planeta y nuestra sociedad.
¿Tener que parar le ha ayudado a reflexionar en su música?
Sí, por supuesto. Aunque estaba en casa, no he parado ningún día. He estudiado, he practicado, he creado todos los días… Ha sido un momento muy creativo porque he tenido mucho tiempo de repente y, de hecho, grabé dos discos durante el confinamiento. Uno ya ha salido y el otro se publicará en Navidad. Este nuevo está inspirado en el mundo de mi hijo. No es un disco infantil pero sí he entrado en su mundo y en su fantasía. Los mayores perdemos todo eso al crecer, no tenemos esta cabeza tan maravillosa. Estando con él tantos meses aprendí y me inspiró muchísimo.
¿Ese nuevo disco tiene forma?
Sí, solo falta grabar uno o dos detalles. Estamos a punto de mandarlo a fábrica para lanzarlo en Navidad. Está dedicado prácticamente a mi hijo. No es infantil, es para todos los públicos, pero está inspirado por el mundo fantástico de un niño.
¿Y cómo sintió el regreso a los escenarios?
«Llevo 40 años en los escenarios pero estos últimos conciertos han sido los más emotivos»
Con mucho miedo porque iba a ser todo muy diferente. Hemos pasado de hacer gira en pabellones, estadios y salas muy grandes con 15.000 personas a conciertos más íntimos con distancia entre el público y con mascarilla. No sabíamos si iban a funcionar pero desde el primer momento me sentí muy emocionado. Sentí que la gente intentaba emocionarse y disfrutar del concierto. Lo digo siempre: llevo 40 años en los escenarios pero estos últimos conciertos han sido los más emotivos para mí.
Ha tocado en multitud de teatros y recintos del mundo como acaba de decir. ¿Cuál es el que más te ha impactado al entrar?
La verdad es que eso a mí no me importa. Cuando piso el escenario pierdo la noción de dónde estoy y del día que es; solo existe la energía del público. He aprendido que salir a un escenario es un ritual, un momento sagrado donde tengo una meditación, donde no pienso. Es un momento vacío en el que solo hay energías. He tenido la suerte de tocar en lugares míticos como el Albert Hall o bellos como el Panteón pero una vez que estoy sobre el escenario me olvido del lugar, solo existe la energía del público.
¿Y en el que más le ha hecho disfrutar esa energía del público?
Trato de estar contento en cada concierto. El día que no me quedo contento, me siento muy deprimido porque intento darlo todo con el cuerpo, el alma y el corazón para que siempre sea un éxito, una felicidad mutua por mi parte y por la del público. Pocas veces te puedo decir que un día fue mejor que otro. Obviamente algún día puedo no conseguirlo pero por mi parte el esfuerzo siempre es el mismo.
Una curiosidad, ¿cuántos violines tiene?
Pues tengo muchos. Además, mi padre era un fanático de los violines y los coleccionaba. Algunos eran suyos. Viajo siempre con dos violines que son fuertes de construcción porque necesito que sean robustos para aguantar todos los viajes y cambios de clima. Estos dos violines, a pesar de tener cada uno 100 años, están considerados bastante jóvenes y funcionan muy bien.
¿Los cuida de alguna manera especial?
Cuanto más los cuidas, mejor. Yo no soy maniático con eso pero siempre hay que cuidarlos porque están hechos de maderas antiguas y propensas a roturas. Se pueden degradar rápidamente.
Además de la gira y del nuevo disco, ¿tiene más proyectos en perspectiva?
No, de momento la perspectiva es volver a hacer gira de la forma más normal posible. Especialmente, regenerar la gira internacional, que estaba bastante parada. Parece que la cosa se está animando y a partir de noviembre o diciembre se podrá volver a viajar por el mundo.