Cuando Julieta Venegas visitó Vigo en 2007 lo hizo en Castrelos, ante unos 18.000 espectadores, bajo un juego de luces muy trabajado y con una banda de seis músicos acompañándola. Presentaba su trabajo más mainstream y célebre, el LP “Limón y sal”. Dieciséis años más tarde, Venegas continúa una carrera musical sólida, alejada del mainstream pero sin renunciar al éxito.
Y se presenta en formato cuarteto en el Terraceo con, cuando el crepúsculo agota la luz natural, una iluminación neutra, blanca. Personalmente firmo antes por algo así: un concierto casi íntimo, donde la cantautora mexicana interactúa de tú a tú con sus fans (saludó, gesticuló corazoncitos, recogió regalos del público…) y puede crear lo que su música pide: una conexión cercana, abrigosa e íntima pero también luminosa.
Todo fluyó ayer en un concierto que agotó entradas (aunque fuesen para un aforo pequeño como es el del Terraceo), en un recorrido por las diferentes facetas de una autora inquieta, que busca con igual libertad en la tradición y en la modernidad, entre el acordeón y los sonidos electrónicos.
Trip-hop sedoso
Ayer Venegas interpretó, como brillantes pruebas de esa inquietud, temas como “Andar conmigo” (folclore reinterpretado por la cantante), el trip-hop sedoso de “Te encontré”, funk sabroso (“Mismo amor”), y por supuesto sus temas más famosos, también los más celebrados por el público: “Me voy”, “Eres para mí” o, muy especialmente, “Limón y sal”.
Tres hits incontestables de aquel ya lejano “Limón y sal” de 2006. En 2023 volvió a Vigo para defender “Tu historia”, penúltima prueba de que se puede crear música libre, inquieta y al tiempo comercial.