Kilema creció en Madagascar, un país donde la riqueza natural coexiste con la pobreza. A pesar de las dificultades, Kilema persiguió su pasión por la música y se convirtió en un artista reconocido internacionalmente que ha cautivado a audiencias de todo el mundo con su música única. Una propuesta que combina ritmos tradicionales malgaches con elementos de la música del mundo, creando un sonido vibrante y lleno de energía. Pero Kilema es mucho más que un músico, es un embajador cultural de Madagascar que se dedica a difundir la rica herencia cultural de su país transportando a los jóvenes a la vibrante riqueza de la cultura malgache a través de su música y su mensaje inspirador.
Con su energía contagiosa y su inconfundible estilo, Kilema ha hecho vibrar las paredes del IES Politécnico al ritmo del marovany, el kabosy y el katsà, instrumentos tradicionales que él mismo fabrica con materiales reciclados. De la mano del artista, los estudiantes han recorrido los paisajes sonoros ancestrales de Madagascar, descubriendo la magia y la diversidad de una cultura musical única. Y es que la música de Kilema no se limita a entretener. Sus canciones son un vehículo para transmitir un mensaje de esperanza, solidaridad y compromiso con el medio ambiente.
En su encuentro con los estudiantes, el artista ha compartido su visión de un mundo mejor, donde la música une a las personas, promueve la comprensión mutua y nos inspira a actuar por un futuro más sostenible. «La música es para todas las edades, desde los más pequeños hasta las residencias de ancianos», afirma Kilema. «Hace 20 minutos no nos conocíamos, ni tú a mí, ni yo a ti, pero ahora estamos cantando juntos ¡en mi idioma además! Esto no hace más que reforzar la idea del poder integrador de la música que no conoce ni género, raza, procedencia o fronteras».
Kilema es un ejemplo de artista comprometido con su arte y con su comunidad. Su trayectoria como músico, luthier y activista le ha llevado a recorrer el mundo, compartiendo su música y su mensaje con personas de todas las culturas.
«En Madagascar no hay tantas posibilidades», explica Kilema. «En Europa podríamos decir que mi país es pobre, pero incluso siendo denominado así, te puedo decir que nosotros aprovechamos cada oportunidad que nos da la vida. Tan solo tienes que fijarte en lo que muchas personas tiran se puede convertir en instrumentos como los que hoy tenemos aquí».
La visita de Kilema al IES Politécnico de Vigo ha trascendido el ámbito musical para convertirse en una valiosa lección de vida para los estudiantes quienes han tenido la oportunidad de conocer de cerca a un artista excepcional y de aprender valiosas lecciones sobre la cultura, la solidaridad y el compromiso con el medio ambiente. «La música es una herramienta poderosa que puede transformar vidas», reflexionaba sobre el escenario Kilema esta mañana ante la atenta mirada de los jóvenes. «Su poder reside en su capacidad para conectar con las emociones más profundas del ser humano y generar un impacto positivo en la sociedad», la música de Kilema nos recuerda que todos podemos contribuir a construir un mundo mejor.
Durante esta semana el artista malgache estará por Vigo y su área ofreciendo diversos conciertos ante estudiantes de todas las edades, sexos y procedencias ya que «la música es un lenguaje universal que nos une a todos», opina Kilema. «Utilicemos su poder para crear un mundo más justo, inclusivo y sostenible para las generaciones futuras».