La noche de este domingo en Vigo y alrededores ofrecía dos opciones musicales prácticamente antitéticas: en Castrelos se celebró la apuesta de Caballero (930.000 euros le ha costado al Concello) por el baile de disco ibizenca con el mayor DJ del momento (en cuanto a popularidad al menos), baño de masas para los ‘clubbers’ de toda Galicia. Por otro lado, bajo el paraguas del Espazo Fest, en Nigrán, asistimos a la segunda visita a Vigo o alrededores de Wilco (2011 fue la ya lejana primera visita de la banda de Jeff Tweedy), que a día de hoy se pueden reivindicar como el mejor ejemplo de un nuevo Adult Oriented Rock en el que esta etiqueta, AOR, se defiende desde el clasicismo y la fibra.
Wilco están a punto de sacar su nuevo álbum, con el que sumarán catorce sin contar sus colaboraciones con Billie Bragg, pero ya se sabía que en esta gira nada adelantarían del mismo. Así que lo que cabía esperar es lo que nos dieron esta pasada noche, a partir de las 22.30 con exquisita puntualidad: un repaso por toda su discografía y sus vertientes: desde el clasicismo indie-folk que se entronca con sus orígenes (con temas como ‘Box full of letters’) y elevaron a primer término en Cruel Country (2022) con temas del calibre de ‘I am my mother’, ‘Falling apart (right now)’ y ‘Cruel country’, hasta las zambullidas en la experimentación de A Ghost is Born (2004) en temas de desarrollo inesperado y resultados electrificantes (‘Handshake drugs’).
Todo ejecutado con perfección de maestros, desde un virtuosismo que estrecha las intersecciones entre los modos clásicos y la experimentación sónica. Sin gestos para la galería, reconcentrados pero visiblemente cómodos ante una audiencia entregada. Maestros, con el plus de no vivir de rentas y pasados gloriosos sin más: ‘Cousin’, su esperado retorno, está a la vuelta de la esquina (29 de septiembre). Tras este concierto intachable, nos mordemos las uñas en la espera.