Abril ha sido un mes jugoso para el mainstream, con el lanzamiento de novedades de algunas de las figuras más importantes, en cuanto a ventas, de la escena mundial. De hecho, la más importante ha sacado disco(s). Pero no solo de música comercial vive el oído, así que aquí van revueltas algunas propuestas del mes.
Beyoncé publicó a la altura del 29 de marzo su nuevo trabajo, así que nos tomamos la licencia de incluirlo en las novedades de abril: COWBOY CARTER. Ya saben, la supuesta aproximación de la emperatriz del pop al country, ese género a priori tan blanquito y que realmente esconde joyas de negritud reivindicable.
Un poco esa senda (ese discurso extra musical, reivindicativo) es el de un disco por lo demás largo, mucho (¿demasiado?), ampuloso por momentos, ya desde la apertura, AMERICAN REQUIEM (altos vuelos pero poca adherencia), y espectacular en numerosas ocasiones donde destaca el espíritu político y discursivo: BLACKBIIRD es la versión de la canción que los Beatles compusieron para recordar a 9 estudiantes negros a los que se impidió asistir al instituto en 1957 y ella la hace propia; “YA YA” samplea “These Boots Were Made for Walkin” de Nancy Sinatra y canta parte de la melodía de “Good Vibrations” de los Beach Boys, para someterla ante el espectro de Tina Turner entre alegatos feministas en la letra.
Así que la black panther sigue dando contexto reivindicativo a sus pelotazos (sus ventas han batido récords… batidos por la entrada en tromba de Taylor Swift en el paisaje musical). ★★★☆☆
Mes de grandes nombres mediáticos, lo de Taylor Swift va a ser para analizar con calma por su apuesta decidida por el formato lago (muy largo) en estos tiempos de playlists.
The Tortured Poets Department ha constituido la mayor vacilada del año, en el buen sentido. Sin singles previos, cero avances y todo cotilleos, aunque fue filtrado pocas horas antes de su estreno lo que sí fue una mayúscula sorpresa ha sido su entrega en dos fases, cuando un par de horas después de aparecer el disco en las plataformas de streaming, la estrella subió una segunda parte que añadió catorce canciones a las dieciséis que supuestamente completaban el “departamento” (busquen The Tortured Poets Department: the Antology).
A partir de ahí, ya saben: Swift entrega un viaje que atraviesa el desamor y el despecho con mucho de diario personal, diario redactado con su prosa inteligente, capaz de hacerse respetar entre l@s boomers y, sobre todo, de impregnar como un manual de comportamientos y autoayuda a la adolescencia mundial. A mayores, el impepinable buen hacer compositivo de Swift, el gusto por elegir colaboraciones interesantes, y quizá, eso sí, pocas sorpresas en un disco que acerca su diapasón al pulso melancólico de su amiga Lana del Rey.
El doble Lp bascula entre el pop levemente electrónico de Midnights (2023) y mi Taylor favorita, la del indie folk de folklore y evermore (2000). Es la reina del cotarro (ha reventado todas las estadísticas, ni Beyoncé se le resiste) y se agradece que reine alguien de su calidad, aunque este no quedará como uno de sus mejores trabajos. ★★★☆☆
Metz no van a romper récords de ventas, lo de este trío canadiense es subterráneo e inmisericorde. Su música se puede definir como una apisonadora con el motor de un Porsche: granítica y veloz. Violenta. Su quinto disco incide en ello pero aportando nuevas perspectivas, signo de una madurez necesaria, porque un quinto disco no debe sonar como un debut.
Así que en Up on Gravity Hill hay terremotos post-core marca de la casa, como el tema doble que abre el disco (“No reservation/Loves come crashing”, nitroglicerina en la cementera) pero se abre a nuevas vías y exploraciones como el ritmo kraut en la segunda parte de ese mismo tema, o en “Light Your Way Home”, donde lo melódico y lo bucólico se abren paso en medio de las nubes de tormenta en un tema más shoegaze (Ride, Slowdive) que post hardcore. ★★★★☆
Vampire Weekend son una de las bandas más sólidas del pop internacional. Con cada nuevo disco el grupo liderado por Ezra Koenig ha demostrado que nunca fueron flor de un día ni hype de temporada. Tras cinco años de silencio, con Only God Was Above Us rubrican su posición.
Porque es un disco de melodías frondosas y adherentes que no renuncia al experimento, el juego atrevido, la idea sorprendente (nunca lo hacen, pero carai, cómo han afinado en esta ocasión): del trote que descoyunta la inicial “Ice Cream Piano” a la psicodelia narcótica de “Capricorn” o ese sueño entre coros angélicos y sampler de Soul II Soul que es “Mary Boone” (tema intantáneamente adherido a la lista de grandes clásicos de la banda), en el nuevo disco de los vampiros neoyorkinos todo son aciertos.
Se acercan a los veinte años como formación, y aunque no son de las prolíficas (cinco discos, han reunido en este tiempo) sí que siguen siendo de las necesarias. Posiblemente estamos ante el mejor disco de pop del año ★★★★★
Aunque los catalanes Manel parece que están en período de hibernación no se los añora demasiado cuando su líder, Guillem Guisbert, se ha estrenado en solitario con un largo tan estimulante.
En Balla la masurca! encontramos mucho de lo que nos encanta del grupo madre: ingenio, riesgo y gansas de sorprender. También una serenidad menos explosiva que los últimos trabajos de Manel, que quizá entronca mejor con los iniciales tintes de Els millors professors europeus (2008) afortunadamente aún revestidos del sentido exploratorio, ese que nos hizo entender que Manel, y ahora Guisbert, no hacen la música que les queremos escuchar, sino la que ellos quieren desarrollar. ★★★★☆
Y un mes da para muchos más lanzamientos, de los que nos podemos hacer eco parcialmente: Pony Bravo vuelen tras un hiato bastante prolongado con Trópico. Los Cómplices, de nuestros vecinos Teo Carralda y María Monsonís, siguen trabajando a su ritmo, con discreción, y este abril sacan nuevo disco, Terra. Emilia, Pardo y Bazán renuevan vitriolo y frescura con un segundo Lp, fabuloso La Fiesta Que me Prometiste. Desde el subsuelo underground americano los sólidos Cloud Nothings vuelven al ruedo indie rock con Final Summer. En el apartado clásicos internacionales tenemos a Pearl Jam volviendo con brío (Dark Matter), All Quiet on the Eastern Esplanade es lo nuevo de The Libertines, Ohio Prayersmúsica fresca de The Black keys y para clásicos-muy-clásicos, One Deep River es el décimo álbum de estudio de Mark Knopfleren solitario, alejado hace mucho ya de las presiones del mainstream de sus ex Dire Straits. Por su parte Mayte Martín nunca sitió esas presiones, verso libre del mejor flamenco que ahora se acerca a los clásicos iberoamericanos en Tatuajes.