El TerraCeo era a priori el marco ideal para que la cantaora María José Llergo embriagara y se embriagase. De magia, de belleza. La que destila su propuesta musical, que viene a ser otro punto cardinal importante en el mapa de ese nuevo flamenco capaz de demostrar la eternidad del género y su adaptabilidad a cada tiempo (otros nombres: Niño de Elche, Rocío Márquez, o sí, la primera Rosalía).
La propuesta de Llergo es profunda y jonda, pero sin temor a arreglos nuevos, aliento electrónico para arropar una voz superlativa y cálida, trascendental.
La propuesta en directo de María José Llergo es austera. Guitarra y apoyo electrónico para su poderosa y emocionante voz. Una primera parte es más básica aún: sentados, Llergo y su guitarrista abren con una versión de “Mira que eres linda” de Machín, seguida de la “Canción de soldados” de Chicho Sánchez Ferlosio (tras la que apeló al voto mañana, ya que “puede que esta canción no pueda volverla a cantar”).
María José Llergo ARTISTA @pcongresosvigo #TerraCeo pic.twitter.com/UHoxvs3K8y— Rafa Valero (@ValeroRafa) July 22, 2023
El concierto se enriqueció pronto con sonidos electrónicos de bajos rotundos para temas tan bellos como “Tencontrao” (una carta de amor desarmante) y tan acongojantes como la profunda “Me miras pero no me ves”.
Canciones más reconocibles
Por supuesto el trío interpretó las canciones más reconocibles de la cantaora: “Nana del Mediterráneo”, “Niña de las dunas” o su versión de “Pena, penita, pena” parecieron crecerse en la maravillosa interpretación de una Llergo encantada con el marco natural único que propone el TerraCeo, con las Cíes, la ría y la puesta de sol de marco único.
Está a ofrecer María José Llergo en Vigo, coas Cíes como privilexiado fondo, un recital de pura sensibilidade e beleza sen paliativos que é todo o que me fai falta agora mesmo pic.twitter.com/b4lC9XXbZs— Cristóbal 🌈 🔻 (@_Soage) July 21, 2023
En este entorno María José Llergo se mostró encantada (saltando entre las canciones como una niña chica la noche de Reyes Magos), agradecida a un público que se metió en el bolsillo con una simpatía natural arrolladora y una actitud cercanísima, de tú a tú. Así, contó cómo esa mañana se encontró con una familia que, precisamente, venía a este concierto. Los saludó desde el escenario y les dedicó una “Tus ojos” que derretiría al más frío espectador.
Creo que ayer, sí, comprendimos qué es el duende flamenco. María José Llergo lo tiene en cada gesto, del más mínimo al más concentrado, ese que acompaña su cante de seda y oro.