La lluvia amenazaba con ahogar la ilusión de los miles de personas que acudieron al encuentro con Raphael, que celebró sus 60 años de carrera sobre el escenario de Castrelos ante una multitud diversa. El jienense consiguió en la última década una cualidad de la que pocos pueden presumir: ser un artista multigeneracional.
Su éxito y su veteranía le otorgan, como a algunos de sus contemporáneos, un reconocimiento transversal; pero Raphael se puso de moda entre el público joven, suena en discotecas siendo casi octogenario y es cabeza de cartel de los festivales punteros del panorama nacional. Se ha convertido en icono hipster.
Dos virtudes de Raphael en Vigo
Los 5.000 seguidores que consiguieron su localidad hacían cola antes de empezar un espectáculo que comenzó a las 22:00 horas y discurrió de una manera tan medida e impecable como se esperaba. El artista abrió con ‘Ave Fénix‘ un repertorio de 27 canciones que interpretó con el ímpetu que lo caracteriza en un espectáculo que discurrió entre lo musical y lo teatral.
Intercaló los silencios con una personalísima vis cómica que los espectadores celebraron. Cantaron la segunda canción las casi 15.000 personas que lo miraban en ese momento: era ‘Vivir así es morir de amor’. La siguieron ‘Enamorado de la vida’, ‘Digan lo que digan’, ‘Te estoy queriendo tanto’ y ‘Provocación‘ y, aunque la media de edad de la platea era más madura que en los anteriores eventos, la reacción del público nada tuvo que envidiarles cuando interpretó «Mi gran noche»: hubo gritos, hubo aullidos, hubo palmas, hubo saltos y, por supuesto, ovación.
En ese momento, pasadas las 22:30 horas, el público joven hizo acto de presencia y demostró conocer el tema como quienes llevaban décadas escuchándolo. Tenían entre 30 y 45 años y acudían en pandilla. Ocupaban las últimas filas del foso y varias ubicaciones en el graderío y no dudaban en levantarse y hacer gala de su impetuosa presencia cuando los encañonaban los focos. Ellos eran la pólvora que esperaba a la lava que reverberó del volcán Raphael durante más de dos horas de concierto.
Raphael, por su parte, ardió sobre el escenario y demostró ser el artista incandescente (e inagotable) que todos esperaban encontrarse a lomos del escenario. Guio a sus nuevos fans y a los antiguos por el recorrido musical con el que resumió sus 60 años en los escenarios. Piezas como ‘Yo sigo siendo aquel’, ‘Se nos rompió el amor’ se intercalaban con versiones como ‘Vivir así es morir de amor‘ de su desaparecido amigo Camilo Sesto, ‘Gracias a la vida’ y ‘Resistiré‘.
El incombustible artista demostró en un show impecable a nivel técnico que estos 60 años no solo no lo desgastaron, sino que lo enseñaron a mantener la emoción del público de principio a fin. Transmite el entusiasmo de un niño de 79 años que se sube al escenario para demostrar al mundo sus ganas de ser artista.
Un reproche al artista
Raphael no necesitó hablar para que los asistentes respondieran con aplausos y guiños a esa mímica hilarante que lo caracteriza en una suerte de lenguaje cómplice que lo hizo conectar a lo largo de su carrera con una vasta legión de seguidores. El artista sedujo, cautivó y gustó a los presentes, que cantaban sus temas mientras dialogaban con el cantante en su lenguaje mudo.
El esperado saludo al público tardó en producirse, ese pacto tácito del invitado que se esfuerza en enumerar sus recuerdos en la ciudad. Raphael cumplió, eso sí, lo hizo con creces al interpretar a sus casi 80 años las 27 canciones con las que rindió a Vigo el 16 de agosto de 2022. Lo hizo, además, con ganas, entrega y energía en un concierto que fue un ‘Escándalo’. Digan lo que digan los demás y la que escribe.
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