Allí desarrollan un cartel festivalero sin parangón, donde el público desconoce los grupos que tocas hasta que llega, por barco fletado por el propio fesival, a la isla redondelana. Y sin embargo, pese al misterio, edición tras edición vemos que triunfa y agota entradas (ochocientas como máximo pues San Simón es espacio protegido). No es de extrañar, porque quienes mostramos interés por este evento ya sabemos del exquisito gusto musical de sus organizadores: en él han tocado nombres tan destacables como Wire y Alt-J, Alela Diane y Múm, Aries y Triángulo de Amor Bizarro. Y su cartel siempre propone músicas ignotas, minoritarias pero de enorme calidad donde prima la variedad. Este año se ha podido disfrutar clásicos del rock alemán de los setenta y músicos tailandeses tradicionales, jóvenes promesas pop y folk rock latinoamericano, jazz y rock, electrónica y “world music”. Maridados en un espacio que genera un ambiente balsámico en los asistentes.
Summrá, durante el festival Sinsal.
Este año los nombres que más sonaron al conocerse el cartel en redes sociales fueron Owen Pallett, la maravilla de Toronto, los californianos y afilados Deerhoof y sobre todo Michael Rother, un mito del rock de vanguardia que formó parte de los grupos NEU! (padres del krautrock que fundó en 1971 tras abandonar los míticos Kraftwerk) y Harmonia. La de ayer fue una cita donde repitieron dos bandas del jueves: los ingleses Champs, dream pop-folk pata negra, y los chilenos Astro, cercanos a la música del canario El Guincho. Los tres conciertos restantes eran propuestas de estreno. Y si el día de ayer se ceñía a solo cinco conciertos es porque se tratada del día especial dedicado al público familiar. Menos extenso, y con una selección musical igual de exquisita que las anteriores. Quizá con una línea común en sus cinco propuestas: música digamos más tranquila que convulsa, aunque en este apartado se pudo inscribir a la chilena Camila Moreno con momentos catárticos.
Camila Moreno.
Pero lo más destacable de la última jornada no se producía sobre ninguno de los dos escenarios dispuestos por la organización, sino en la enorme afluencia al evento de familias al completo con gran presencia de niños y hasta bebés en el día familiar, y destacó por una intensa programación destinada a divertir a lo niños sasistentes con actividades como una ludoteca colmada de juegos artesanales de madera, o un paseo en kayak por la costa de las islas. Y sobre todo, actividades relacionadas con lo musical: un “Superplayback” donde creaban sus propios videoclips sobre un fondo de croma verde, y una escuela de Dj impartida por Electric Feels (esto es, los hermanos Nico y Héctor Iglesias, dos chavales de poco más de diez años que antes ya habían dejado alucinado al respetable con una sesión de Dj fabulosa ante la capilla de San Pedro).
Maika Makovski, en el concierto de la primera jornada del festival.
Sumemos una organización ayer impecable sin colas para adquirir los tickets de comida/bebida, con un embarcadero perfecto, Puerto de Meirande-Museo de Rande, abierto para la ocasión con lo que la espera del barco era ya una propuesta cultural apetecible. Añadamos en la isla mucha y muy tentadora oferta gastronómica (un stand vegano preparaba una paella de esas cuyo olor es irresistible), un tiempo algo puñetero opuesto al soleado sábado (chispeó, llovió, levantó el día, hubo viento y hasta calor… de todo) y un ambiente relajado y feliz donde a todo lo visto se suma la maravilla de un lugar mágico, repleto de rincones escondidos dignos de descubrir. Y con todo esto se conforma una jornada irrepetible. Jornada, por descontado, vertebrada por la música, una forma de entenderla que trasciende la celebración mitómana de ver a tu banda favorita de turno, para convertir cada concierto en una invitación a descubrir nuevas alternativas, sonidos exploradores y músicas nuevas. Es en fin una celebración de la música entendida como un valor cultural, un continuo descubrimiento y una invitación a aprender algo nuevo, en este caso y durante tres días de magia, nombres que se suman a los ya citados, como Sen Senra, Jolie Holland, All We Are, The Paradise Bangkok Molan International Band, THEESatisfaction, Chancha Via Circuito y Summrá. Sinsal merece la pena.